En su última actualización del Código Deportivo Internacional, la federación establece que se les prohíbe a los pilotos a realizar declaraciones referidas a la política, religión o personales.
Tras su última asamblea, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) aprobó reformas en el Artículo 12 del Código Deportivo Internacional (CDI), el cual se refiere a Faltas o Infracciones y Penalidades, con miras a regular las expresiones de sus licenciados (pilotos y concurrentes) referidas a situaciones políticas, religiosas y personales.
El máximo organismo del motor ha modificado su Código Deportivo para prevenir a cualquier competidor de realizar manifestaciones que ‘alteren el principio de neutralidad de la FIA’, como las realizadas por Lewis Hamilton o Sebastian Vettel en los últimos años a favor de diversas causas y movimientos.
A lo largo de la historia, y en especial en tiempos recientes, varios pilotos de Fórmula 1 han empleado su plataforma para reivindicar importantes mensajes de ámbito político y social. En especial, destacan en ese sentido las ocasiones en las que Lewis Hamilton blandió camisetas de ‘Black Lives Matter’ y la de ‘arrestad a los policías que mataron a Breonna Taylor’ en Mugello 2021 antes de que estos actos fuesen prohibidos en el podio, o a Sebastian Vettel con protestas similares al respecto de los derechos LGTBI o la crisis climática.
La FIA, de motu proprio, ya había desalentado estas y otras acciones similares con sanciones o normativas específicas según el caso, pero ha dado un paso más allá en su utópica búsqueda de que la Fórmula 1 no conlleve ningún tipo de mensaje que pueda ser utilizado con fines políticos o que abarquen asuntos de índole social. Por esto, el máximo organismo del automovilismo mundial ha actualizado su Código Deportivo Internacional para definir estas manifestaciones como una brecha normativa, censurando en efecto que los pilotos puedan hacer referencia a ellas.
La normativa equipara los mensajes de índole social con los sobornos, la incitación a la violencia y otras infracciones similares.
Según detalla ahora el artículo 12.2.1.n, ‘hacer o mostrar comentarios políticos, religiosos o personales, en violación del principio general de neutralidad promovido por la FIA, será considerado una infracción de las reglas‘. Este mismo artículo especifica que esta clase de mensajes solo serían permitidos si reciben ‘una aprobación por escrito de parte de FIA, o de las federaciones y competiciones nacionales dentro de su jurisdicción’.
Esta normativa equipara esta clase de situaciones con otras acciones recogidas en el 12.2.1, como los sobornos, participar con un coche ilegal, actos fraudulentos, ‘perseguir objetivos contrarios a los de la FIA’, no aplicar sus decisiones, declaraciones que puedan causar perjuicio moral al organismo, la falta de cooperación en una investigación, generar situaciones inseguras, no seguir las indicaciones de los comisarios ni el código de conducta, mala conducta hacia un oficial, comportamientos antideportivos o la incitación a la violencia.
Los podios, también bajo estricto control
Además de todo ello, se ha añadido un apartado adicional que clasifica bajo este mismo paraguas las situaciones en las que ‘no se cumple con las instrucciones de la FIA sobre la designación y participación de personas durante las ceremonias oficiales de cualquier competición que puntúe para un campeonato FIA’. Un artículo que también parece estar claramente dirigido a controlar el comportamiento en los podios de los pilotos, a los cuales ya se les había instruido a aparecer en las entrevistas con los monos bien abrochados por este mismo hecho.
Esta serie de medidas llega al final del primer año de mandato de Mohammed Ben Sulayem, quien ha buscado por activa y por pasiva distanciarse lo máximo posible de la metodología y acciones pasadas del organismo bajo la batuta de Jean Todt. Sin ir más lejos, hace solo dos años la Fórmula 1 optó por posicionarse de forma contundente en aspectos esenciales a nivel social dentro de su campaña ‘We Race as One‘, con la que se pretendía contribuir en la lucha contra la discriminación de las mujeres, las personas negras y el colectivo LGTBI tanto dentro como fuera del deporte, y en la que varios pilotos plantaban una rodilla en el suelo imitando la reivindicación de Colin Kaepernick.
Dicha iniciativa fue ampliamente criticada por diferentes personas y estamentos contrarios a la mezcla del deporte con la política, así como por la falta de una contribución real a los problemas de base y por su abandono de cara a la temporada 2022. Todo ello, a la par que la Fórmula 1 y otras competiciones FIA continúan reforzando sus lazos con países de nula o dudosa reputación con los derechos humanos, principalmente en Oriente Medio. No obstante, y pese a la ausencia del piloto más combativo en estos aspectos en la figura de Vettel, será difícil que nadie explore de nuevo hasta qué punto la regla les impide emitir su mensaje.