Agustín Canapino conversó en exclusiva con Motorsport pocos días de disputar su primera carrera en IndyCar en San Petersburgo junto al equipo Juncos Hollinger Racing.
Hace un mes y medio que la vida de Agustín Canapino cambió para siempre. El pasado 12 de enero fue anunciado como piloto a tiempo completo del equipo Juncos Hollinger Racing para la temporada 2023 de IndyCar, una noticia que sacudió el deporte motor en Argentina y retumbó hasta Estados Unidos.
Desde entonces, Canapino se encuentra inmerso en una preparación sin pausa para llegar de la mejor forma posible a un desafío enorme para el múltiple campeón argentino, ya que enfrentará un universo completamente nuevo al que estaba acostumbrado en su país.
A pocos días de lo que será el momento crucial de acelerar su Dallara-Chevrolet #78 en el circuito de San Petersburgo, Canapino dialogó sobre el duro entrenamiento físico al que está sometido, sus preocupaciones al llegar a un mundo nuevo, los desafíos de conducir un IndyCar y por qué, pese al gran reto que tiene por delante, se encuentra viviendo un sueño.
-¿Cómo llegás al debut San Petersburgo el próximo fin de semana?
La mayoría de los pilotos de IndyCar dicen que nunca es suficiente el entrenamiento que tienen, imagínate para mí. Es IndyCar, es la categoría a nivel físico más demandante del mundo. Creo que no, obviamente no llegó como me gustaría. Sí llegó mucho mejor de lo que estaba. De diciembre hasta acá pasaron dos meses desde que estoy metido de lleno con el entrenamiento y estoy totalmente cambiado. Entreno todos los días, y al mismo tiempo estoy re lejos porque el otro día entré (al gimnasio PitFit utilizan la mayoría de los pilotos de IndyCar), estaba (Scott) Dixon y me pegó un baile que me dejó chiquitito. Ahí me di cuenta de lo lejos que estoy. Pero al mismo tiempo me miro hace dos meses y estoy mucho mejor. Es todo un proceso del que estoy atravesando y que voy a atravesar. Pero bueno, tampoco sé porque no corrí ninguna carrera. Mi objetivo es dar las 100 vueltas en San Petersburgo, no importa la posición, el tiempo ni nada. Terminar la carrera para mí es ganar y ya eso va a ser difícil, así que no sé. Creo que recién después de St. Pete voy a tener una noción más concreta de ver qué tan lejos o cerca estoy tanto en los tiempos como en lo físico.
Agustín Canapino, Juncos Hollinger Racing Chevrolet, #Benjamin Pedersen, A. J. Foyt Enterprises Chevrolet, Sting Ray Robb, Dale Coyne Racing with Rick Ware Racing Honda, Marcus Armstrong, Chip Ganassi Racing Honda
Photo by: IndyCar Series
– ¿Qué es lo que más te preocupa de cara a la primera fecha del campeonato?
En realidad es todo porque todo es nuevo. Si bien he corrido en callejeros, he corrido en circuitos, nunca lo hice con un IndyCar, entonces todo es nuevo. Estoy viviendo sensaciones y situaciones como cuando empecé a correr. Es algo para mí inesperado e insólito. Tengo 33 años, no soy un pibe, estoy en la mitad de mi carrera deportiva, ya más tirando a la segunda mitad más que a la primera entonces es para mí muy loco todo esto que estoy viviendo y me encanta, porque si bien es un mundo totalmente diferente, desconocido, el más difícil que pueda haber porque IndyCar es la categoría más difícil que pueda haber para un piloto en el mundo, al mismo tiempo me encanta porque para eso estoy, para eso soy piloto, así me gusta tomarme todo en mi vida y por eso también acepté este desafío que me presentó Ricardo (Juncos), que si no fuera por él nada de esto sería posible. Él es el artífice de que todo esto sea real. Como te digo, no hay nada puntual porque es todo. No sé ni cómo va a ser la reunión de pilotos. O sea, no sé nada, estoy viviendo un mundo totalmente nuevo. Tengo que aprender todo y todo es una gran incertidumbre.
– Pese a lo desconocido y a los riesgos, la verdad es que se te ve muy contento.
¿Qué te parece? Para mí esto es tocar el cielo con las manos. Nunca tuve posibilidad de correr fuera de mi país. Nunca tuve la oportunidad. Que me llegue y a esta altura de mi vida y en IndyCar es una locura. No lo imaginé jamás. Siempre a mí me costó muchísimo todo. Lo que hice lo hice de la nada, nunca corrí en karting, arranqué de grande, tuve la suerte de triunfar en mi país, de ganar campeonatos y de vivir del automovilismo y ahora tener esta chance en IndyCar. Entonces estoy feliz porque me miró hace 15 años atrás y no tenía chance de correr ni en bicicleta en la en la esquina de mi casa. ¡Imagínate de llegar a IndyCar! Encima después de perder a mi papá (Alberto Canapino) hace dos años, entonces como que son muchas cosas juntas y estar en este nivel y por lo menos participar o tratar de competir ya para mí es un montón. Por eso me vaya cómo me vaya, muy bien, bien, más o menos o mal, yo gano de todas formas, porque esto para mí es una aventura, es un desafío que no sé cómo terminará. Pero dure lo que dure, sean dos carreras, dos años, seis meses, no tengo idea, pero lo que dure para mí ya es un montón.×
– Callum Ilott, tu compañero de equipo, fue muy elogioso con tu trabajo en una entrevista con Motorsport.com. ¿Cuánto vale eso para vos?
Sí, vi la entrevista y le agradezco mucho a Callum por sus palabras porque obviamente a mí me pasó, te soy sincero, me fue muchísimo mejor de lo que me imaginaba (en las pruebas de Thermal), de lo que todos imaginaban. Y fue lindo, sinceramente fue lindo, porque pude colaborar con el equipo, pude estar en tiempos razonables, tiempos lógicos, inclusive pude por momentos estar en la mitad de pelotón y en tiempos acumulados estuve bastante bien. No me lo esperaba ni de casualidad porque era mi primera vez con toda la categoría y encima en un circuito como Thermal, que era una locura, rapidísimo, largo, con curvones. Fue la primera vez que tuve atravesar curvones con alta carga aerodinámica, con fuerzas de 4G. Eso no lo había sentido en mi vida. Entonces fue algo desafiante, fue algo lindo y habla de que empezamos mejor de lo que esperábamos y eso es bueno, porque si bien las expectativas son las mismas, yo no espero estar más adelante que el último o el anteúltimo en las primeras carreras, no te voy a mentir, por lo menos estar medianamente cerca del grupo medio sería lo ideal. Poder no estar tan último es lo que yo pretendo.
– En cuanto al aspecto físico, ¿cómo está tu cuello soportando las fuerza G laterales y también al momento de frenar?
¡Mi cuerpo no entiende nada y el cuello menos! Es un mundo totalmente nuevo. Mis ojos, mis piernas… porque por más que me mate en el gimnasio y haga un ironman, esto es como un maratonista. Podés tener un maratonista que hace 42 kilómetros récord y lo ponés a jugar un partido de fútbol en Argentina y se ‘muere’ en el primer día. Después con el tiempo se va a ir acostumbrando y va a ser una luz, pero las primeras veces siempre son complicadas porque los músculos tienen que aprender las nuevas exigencias. Y en ese proceso estoy yo. Después del primer día de Thermal era Robocop, no me podía mover. A medida que pasen las carreras y mi cuerpo vaya sintiendo todo eso, se va a ir acostumbrando. Eso sé que va a ser así, y en el proceso tengo que tratar de prepararme lo mejor posible. Entrenar todo lo que pueda y estar lo mejor físicamente que pueda para que esa adaptación y esa nuevas experiencias sean lo menos dolorosas posibles, por así decirlo.
– Al momento de manejar, ¿ya podés elegir cómo poner el auto a punto según tu gusto?
No, estoy lejos de eso. Estoy muy lejos de los límites. Si bien, como anduve razonablemente bien, pude colaborar con probar cosas técnicas para el equipo, eso para mí fue importante, algunas que otras curvas pude hacerlas bastante bien y hasta pude colaborar con Callum, eso para mí fue lindo más que nada porque no lo esperaba en una primera vez. Pero aún no le tengo confianza al auto, no le tengo confianza a los frenos, mucho menos a la aerodinámica. El auto se pega al piso de una manera y tiene una velocidad de curva que todavía estoy lejos de conocer los límites. Los neumáticos son completamente diferentes. Acá hay que calentar las gomas, encontrar el punto y cuando están frías el auto es inmanejable. En Argentina con los autos de turismo eso no pasa. El problema es no sobrecalentarlas, pero nunca están frías ni hay que hacer todo ese proceso, son mucho más duras, duran mucho más, acá duran mucho menos. Mirá las cosas que te estoy contando y podría estar horas contándote cosas que estoy viviendo nuevas y aprendiendo. Así que estoy lejísimo de sentirme cómodo, de estar al límite con el auto. Es un proceso que me va a llevar mucho tiempo. No va a ser ni una prueba ni una carrera. Eso lleva meses empezar a acercarse y lleva años hacerlo al nivel que lo hacen los cracks de acá.
– ¿Te sorprendió la diferencia de grip entre cambiar de neumáticos usados a nuevos, una vez que están en temperatura?
Es un cambio grande. Acá las gomas son mucho más blandas de las que yo estoy acostumbrado, entonces el pico de rendimiento del neumático es mucho mayor y la degradación es mucho mayor. Algo que me cuesta y estoy aprendiendo es cómo poner el neumático en temperatura, cómo lidiar con eso que es totalmente nuevo para mí y es típico de los autos de fórmula. Esas dos cosas las estoy aprendiendo y son muy distintas. El pico de la goma y la degradación y la temperatura. Cómo combinarla con el pico de agarre y al mismo tiempo cómo no sobrecalentarla. Tenés un montón de factores diferentes y distintos procesos que allá (en Argentina) también los hay, pero los conozco de memoria y los practiqué un montón de veces, mientras que acá los estoy empezando a conocer y me va a llevar tiempo poder empezar a entenderlos y después otro tiempo más empezar a optimizarlos.
– ¿Eso lo podés hacer solamente en la pista o el simulador ayuda?
No, eso solamente se experimenta en la realidad. El simulador puede estar bien hecho, pero nunca es lo mismo y cuando estás en IndyCar, donde hay 20 autos en medio segundo, cualquier cosita… uno lo ve con los pilotos que quizás ganan una carrera y en la siguiente no clasifican entre los 20 primeros. Imaginate para mí que vengo a un mundo totalmente desconocido, entonces lo tomo con mucha calma sabiendo que todas estas cosas que estamos hablando y muchas más primero las tengo que conocer, después aprender y después optimizar. Lo divido en tres fases. Recién estoy en la parte de conocer.
– ¿Ya hiciste algún tipo de trabajo en el simulador en óvalos o eso será después de San Petersburgo?
El tema es que el óvalo, por más que haga dos millones de vuelta en el simulador, no me sirve de mucho porque el óvalo en el simulador es fácil. El asunto del óvalo es cuando ponés el cuerpo, cuando ponés el cuello, cuando empezás a vivir esa fuerza g y esa velocidad en carne propia. Creo que el simulador te puede ayudar para conocer las pistas un poco, que tampoco es lo mismo, pero no mucho más. Por más que uno entrene un montón en el simulador, en mi caso, que no conozco nada, tengo que vivirlo en carne propia. Después, si llega el momento dentro de unos años cuando conocés todo y lo practicaste un montón de veces, el simulador te puede llegar a servir para probar cosas, para hilar fino. Pero de eso ahora estoy a años luz. Como me pasaba al revés en mí país, donde ya hilaba fino con todo y conocía todo, entonces para esas cosas sí me podía servir un simulador. En este proceso mío, por ejemplo sí me sirve para Long Beach que está muy bien simulado y puedo conocerlo y ganar tiempo con eso, pero para Texas, hay que poner el cuerpo, empezar a dar vueltas y ver qué pasa.
– ¿Con te han recibido los otros pilotos de IndyCar?
La mayoría han sido muy amables y estoy sorprendido de mí parte. Además, fue un poco gracioso porque yo estaba más en modo fan que en modo piloto y les pedí fotos a varios. La mayoría han sido muy amables. Estuve charlando con varios. El caso más puntual fue el de Scott McLaughlin, que se acercó él. Para mí Scott es el Dios para los pilotos de turismo porque pasó de los autos de turismo, la rompía allá (en Australia) y la rompe acá. Es un fuera de serie y para los pilotos de autos de turismo Scott es nuestro gran Dios, nuestro gran referente. El se acercó muy humildemente y se puso a conversar conmigo y me pasó su número de teléfono. Ese día lo viví como un sueño porque también estaba (Romain) Grosjean o estaba Will Power, que comí muy cerca de él. Estaban (Scott) Dixon y (Josef) Newgarden por ahí, todas las grandes figuras que uno veía por televisión y estábamos compartiendo el mismo ambiente, así que para mí, que vengo desde tan lejos y de tan abajo, era cumplir un gran sueño.
– Otro gran desafío también es aprender inglés desde cero. ¿Cómo viene ese proceso?
Para mí todo esto es un gran sacrificio. Estaba muy cómodo en mí país hablando en mí español, en mí categoría, con mí gente, con mí público, con mi familia y mis amigos. Y de repente es arrancar de cero a nivel profesional, a nivel personal, en otro país y con un idioma que nunca había hablado ni practicado ni estudiado. Es un sacrificio gigante que no lo cuento para quejarme, sino para que entiendan lo que esto significa para mí y estoy feliz de afrontarlo. Así que sí, el inglés es otro de los temas que estoy aprendiendo. Hice un pequeño curso antes de venir para acá y me puse a mirar series, películas, me bajé una app. Y de caradura me pongo a hablar y me hago entender y entiendo bastante. Estoy mucho mejor ahora comparado al día que llegué, es impresionante que lo que uno va aprendiendo y con la práctica mejoraré cada vez más.
– ¿Cómo ha sido volver a trabajar con Juncos Hollinger Racing después de la experiencia de 2019 en IMSA?
Me encontré con otro equipo. Lo único que es lo mismo es el lugar, fuera de eso es otro equipo completamente diferente. Me sacó el sombrero ante lo que ha hecho Ricardo porque realmente es un caso único. Siempre le digo que tiene que empiece a escribir el libro, que no le pase como a mí papá. Ricardo me hace acordar mucho a mi viejo, si bien tienen personalidades totalmente diferentes porque Ricardo no para de hablar un segundo y mi viejo no decía una palabra en todo el día. Pero en el fondo son iguales porque son dos personas que se hicieron de la nada, han logrado cosas impresionantes sin tener absolutamente nada y lo que ha hecho Ricardo y lo que tiene hoy acá es digno de admirar, es increíble, y tiene un grupo de profesionales muy buenos. Esto es como Disney para mí porque tengo un montón de ingenieros, un montón de mecánicos, tres autos de IndyCar, un montón de cosas para mí que como piloto nunca las había tenido porque obviamente si bien el nivel de Argentina es muy alto en recursos humanos, a nivel económico y a nivel recursos materiales es muy bajo en comparación a esto porque somos Argentina lamentablemente. Entonces estoy viviendo un sueño y estoy en un equipo que, si bien está en desarrollo, es un equipo en crecimiento que está buscando sus primeros resultados, está compitiendo contra mega estructuras, mega equipos de muchos años, mucho más presupuesto y así y todo les da pelea con un piloto del calibre de Callum, que sin dudas es uno de los mejores que hay en IndyCar. Es muy meritorio y digno de admirar, es un gran ejemplo para todas las personas, sobre todo para quienes necesitan alguna motivación, Ricardo es un gran ejemplo porque lo que ha logrado hasta acá es digno de admirar.