En el segundo día de entrenamientos, el piloto japonés ha vuelto a ser el más rápido aprovechando los rebufos.
Scott Dixon volvió a escoltarle en otro buen día de Ganassi al que Álex Palou (20º) no se sumó.
Romain Grosjean coqueteó en varias ocasiones con el accidente por culpa del subviraje.
Había mucho que probar en este tercer día de entrenamientos de las 500 millas de Indianápolis, después de que la lluvia obligase a cancelar por completo el segundo día. Y vaya si se ha probado. Siendo esta la última jornada antes del aumento de potencia del Fast Friday, los equipos empezaron ya a preparar una sesión de clasificación que se antoja muy importante este año, pero también hubo tiempo para simular condiciones de carrera, y en ellas Takuma Sato volvió a ser el hombre más veloz.
El piloto japonés, que lideró la tabla el martes, volvió a aparecer en la hora final para dejar su impronta. Tras haberse situado segundo detrás de Scott Dixon, una posterior mejora le situó en un promedio de 227.519 millas por hora (39.557 segundos), con la que superó al neozelandés en 32 milésimas. Sin duda, los coches de Dale Coyne Racing parecen bastante veloces en situación de carrera, y un indicio de ello podría ser la tercera posición del novato David Malukas, quien ya fue séptimo hace dos días.
En la tabla absoluta de tiempos, Ganassi se mantuvo también en buenas posiciones, acompañando a Dixon un nuevo top 5 por parte del confiado Jimmie Johnson y el séptimo lugar de Marcus Ericsson. Más discretas resultaron las andanzas de Tony Kanaan y de un Álex Palou al que aún no se ha visto en las velocidades de sus compañeros en tráfico pese a completar un rodaje similar (122). El español, sorprendido con la cantidad de simulaciones de clasificación de este jueves, terminó en 20ª posición con una mejor vuelta de 224.545 mph. Aunque él y otros muchos podrían estar guardándose sus cartas, los resultados globales con y sin rebufo (22º mejor) no son tan sólidos como lo eran el año pasado en estas mismas instancias.
Con las múltiples simulaciones de clasificación que se llevaron a cabo, las velocidades sin rebufo (vueltas completadas con más de 10 segundos de margen sobre el coche de delante) acapararon también buena parte de la atención y marcaron un claro contraste, ya que ninguno de los nueve primeros absolutos estuvo en el top 10 de esa columna. El australiano Will Power acabó 21º en total, pero su vuelta de 224.325 fue la más veloz sin rebufo, por delante del 224.047 de Rinus VeeKay. El neerlandés tuvo detrás a su compañero y jefe de equipo Ed Carpenter, 10º en el cómputo global del día, y Conor Daly también acabó entre los 10 mejores sin la ayuda de los rebufos.
A falta de grandes cronos totales, Andretti y Penske fueron más prolíficos también en esta tabla, ubicándose Alexander Rossi, Scott McLaughlin, Josef Newgarden, Devlin DeFrancesco y Colton Herta entre los 10 más veloces sin rebufo. Por medio solo apareció Sage Karam con el sexto mejor registro en su Dreyer & Reinbold. Más allá de ello, el ritmo de carrera también pareció bueno para los dos pilotos principales de McLaren SP, siendo Pato O’Ward sexto y Felix Rosenqvist octavo en la tabla general.
Además de Stefan Wilson, quien volvió a ser último en el coche de DragonSpeed, los únicos pilotos que no acabaron entre los 20 primeros con o sin rebufo fueron Juan Pablo Montoya y Romain Grosjean. El caso del francés, que acabó el día en 23ª posición, fue aún más dramático por las múltiples situaciones en las que estuvo cerca de golpear el muro con un coche claramente subvirador, y por sus dificultades para mezclarse de forma óptima con el resto del tráfico. Aspectos en los que su falta de experiencia oval a altas velocidades todavía se manifiesta.
Sin más margen ya para preparar la carrera hasta el lunes y el Carb Day de la próxima semana, este Fast Friday verá altas velocidades y la primera muestra real de hasta donde pueden llegar los tiempos, en una clasificación que se espera muy veloz a consecuencia del percibido aumento de velocidad y de la hora más tardía a la que se clasifica (menor temperatura de la pista y menor densidad del aire). Todo ello, eso sí, si la lluvia no hace de las suyas para alterar los planes.