Fernando Alonso iniciaba el camino hacia la leyenda. El asturiano no demoraba demasiado su salida para completar sus primeros kilómetros en el nuevo coche en el Indianapolis Motor Speedway, la pista en la que el domingo 23 quiere entrar en la leyenda del automovilismo.
El objetivo, tan grande como ambicioso y complicado: la Triple Corona (Gran Premio de Mónaco de F1, 24 Horas de Le Mans e Indy 500) que únicamente ostenta Graham Hill. Pero para llegar al Victory Lane el domingo el bicampeón español tendrá que superar obstáculos y desventajas. Y a ello se ha puesto desde el primer minuto.
Alonso llega a este su tercer intento en Indianápolis con menos preparación de lo que hubiese sido deseable. De hecho, esta primera práctica de las 500 Millas es su primera toma de contacto con el nuevo McLaren, bastante diferente al del año pasado.
Su primer objetivo será completar durante las dos horas establecidas (hasta las 21:00 horas) el refresher test al que está obligado por la Indycar al no haber participado en ningún evento previo de esta temporada. Dará 15 vueltas entre 205 y 210 millas por hora y otras tantas a más de 215 mph, un mero trámite para el asturiano.
Mas importante que el refresher será la adaptación al aeroscreen, la pantalla protectora de la cabeza, un factor que será nuevo para todos los pilotos como ya se ha visto en la sesión de veteranos, en la que todos ellos han tratado de habituarse rápidamente al aeroscreen y ajustarlo en una pista tan peculiar como el óvalo de Indianápolis.