El viento fue el protagonista de la jornada del sábado en el circuito australiano de Phillip Island, ubicado en las costas del Estrecho de Bass, y obligó a suspender la clasificación para este domingo (20.20 del sábado de Argentina).
Las intensas ráfagas interrumpieron la FP4 cuando restaban poco más de 12 minutos para el final. Miguel Oliveira sufrió una fuerte caída en la curva 1, producto del ventarrón que aumentaba en la parte más cercana a la costa, y esto provocó la detención de la tanda y la convocatoria a una reunión entre la Comisión de Seguridad con los pilotos.
Allí, 19 corredores votaron por no continuar con la actividad, ya que consideraban peligrosas las condiciones en pista. Solo tres, entre ellos el campeón Marc Márquez, votaron por seguir tomando los riesgos, pero las autoridades determinaron la postergación de la clasificación para antes de la carrera (1.00).
«En la Comisión de Seguridad se expusieron dos temas: si era posible pilotar y el nivel de riesgo. Posible pilotar, lo era, porque lo estábamos haciendo hasta la caída. Estábamos a un segundo del tiempo. Tampoco era imposible ni nada del otro mundo. Lo que pasa es que el riesgo era muy elevado. Más que por el viento, que está claro que lo dificultaba, era por la velocidad y por las inercias a las que se va en este circuito. Pero bueno, evitar riesgos siempre es positivo para todos», comentó Márquez.
Su compañero de Honda, Jorge Lorenzo, en tanto, fue uno de los que votó por parar. «Estuve de acuerdo. El viento era muy inconstante, sobre todo, en las curvas 1 y 3. Te podía hacer perder la rueda delantera, como le pasó a Oliveira. Es peligroso si estás solo, pero en un grupo aún más. Podía haber sido un desastre, suspender fue la decisión más inteligente».