Fernando Alonso, Sebatien Buemi y Kazuki Nakajima vuelven a citarse con el triunfo en el WEC. En esta ocasión, se han tomado el champán en las 1.000 Millas de Sebring, la sexta prueba del Mundial de Resistencia, después de dos carreras sin acudir a la cita con el primer cajón del podio.
Un triunfo clave, porque Sebring tiene más valor que las carreras de seis horas. El ganador se lleva 32 puntos, por los 23 del segundo clasificado. De este modo, y si añadimos el ‘bonus’ de un punto logrado gracias a la pole de Alonso, el Toyota 8 sale de Estados Unidos con 15 jugosos puntos de ventaja (120 frente a 105). Si gana en Spa y el 7 no acaba… serían campeones del mundo antes de Le Mans.
«La gestión del tráfico será clave». Es una frase que escuchamos antes de cada carrera pero, hasta el momento, esa amenaza fantasma no se había cumplido. Pero llegó la noche de Sebring, los baches, la máxima exigencia física y mecánica y un doblado decidió una de las grandes citas del año. Y, quién sabe, quizá también el campeonato.
Era la quinta hora de carrera. Todos los pilotos habían hecho ya su primer turno y eran Buemi y Pechito los que iniciaban su segundo relevo del día. Bueno, de la noche, porque la oscuridad ya se había apoderado del aeródromo de Sebring, de sus baches y de sus viejos pianos. En esas estábamos cuando un Aston Martin se cruzó en el camino del Toyota 7… y todo se acabó.
Un mal golpe en la parte trasera obligó al argentino a pasar por boxes para cambiar la carrocería dañada, pero también estaba roto el soporte y la reparación se alargó cuatro minutos. Una eternidad cuando eran apenas cuatro segundos los que separaban a los dos Toyota en la pista en ese instante.
Pero, mirándolo por el lado positivo para los Pechito, Conway y Kobayashi, bien podría haber sido peor y acabar ahí su carrera. Y eso sí que hubiese supuesto un palo definitivo. Al menos, aún siguen vivos, porque un ‘cero’, con la igualdad y la fiabilidad demostrada por los Toyota, parece una losa imposible de levantar para el que lo sufra.
Alonso, un reloj
Hoy las circunstancias de carrera no requirieron de la maestría del asturiano en una situación límite, pero aún así dejó destellos de calidad. En su primer relevo consiguió aumentar de 10 a 13 segundos su ventaja sobre Kobayashi… pese a que un Safety Car la enjugó mediado su ‘stint’. Y cobra más valor si tenemos en cuenta que el japonés fue el autor de la vuelta rápida en carrera precisamente en ese relevo.
Su segundo turno llegó ya con el 7 a dos vueltas. Pero había que ‘llevar el coche a casa’ sin cometer errores y sin verte envuelto en los de los demás, algo que no siempre es fácil, y menos en la penumbra de Florida. Pechito puede dar fe de ello, pero también Buemi, que tuvo algún que otro susto con los doblados que le obligaron, incluso, a meter las ruedas en la hierba.
La lluvia que amenazó durante toda la noche no se quiso perder la última media hora de carrera y puso emoción al tramo final. Tanto que Nakajima tuvo una salida de pista con los neumáticos de lluvia que obligó a los dos Toyota a parar de nuevo para poner los de lluvia extrema. Como en Daytona, la lluvia y la noche acompañaron un gran triunfo de Fernando Alonso.
El Mundial hace una pequeña pausa ahora hasta principios de mayo, cuando se disputarán las 6 Horas de Spa, la prueba en la que debutó Alonso hace ya casi un año. Ahí empezará un mes que podría ser mágico para el asturiano, ya que tendrá a su alcance sus dos grandes objetivos de la temporada: el Mundial de Resistencia (que podría decidirse ya en Spa, aunque con carambola incluida) y las 500 Millas de Indianápolis (26 de mayo).
García y Molina, sin opciones
Se esperaba más de los dos españoles en GTE Pro a tenor de su buena actuación en entrenamientos, pero finalmente ninguno de los dos pudo pelear por el triunfo en la categoría, que fue in extremis para el Porsche de Bruni y Lietz. Miguel Molina terminó sexto con el Ferrari de AF Corse, dos puestos por delante de García, con el Corvette.
EN LMP2 el triunfo fue para David Heinemeier Hansson, Jordan King y Will Stevens que, además, terminaron cuartos absolutos aprovechando la debacle de los LMP1. En GTE Am ganó el Porsche de Campbell, Andlauer y Ried.
Tras lograr el 1-2 con el Toyota Gazoo Racing en las 1000 Millas de Sebring, escenario de la sexta parada de la Súper temporada 2018/2019 del Mundial de Resistencia, José María López se mostró conforme con lo realizado, pese a que, cuando conducía el Toyota TS050 hybrid Nº7, fue impactado por el Aston Martin Nº90.
«Estaba tratando de atrapar a Seb (Buemi, primero con el Nº8) y recibo un golpe tras un mal movimiento de un auto GT. Tuvimos mala suerte, pero estas cosas pueden suceder a veces y, después de eso, simplemente miré hacia adelante y seguí presionando. Afortunadamente, el auto no sufrió daños y pudimos terminar la carrera», comentó Pechito, quien estuvo detenido en los boxes para que el equipo le reemplazara la parte trasera del Toyota.
Sobre la victoria del Toyota Nº8, al mando de Fernando Alonso, Sebastien Buemi y Kazuki Nakajima y el segundo puesto de su coche, el cordobés expresó: «Felicitaciones a nuestros compañeros de equipo; hicieron un trabajo fantástico. Fue una carrera muy dura y por mi parte luchaba un poco en el tráfico hoy. Estoy bastante feliz con el segundo lugar en esta dura carrera».
La próxima será la séptima fecha de la Súper Temporada con las 6 Horas de Spa-Francorchamps, a disputarse del 2 al 4 de mayo.
FINAL – 1000 MILLAS DE SEBRING – WEC