
En las últimas horas, se conoció el fallecimiento del preparador y consultor Rafael Balestrini, a la edad de 81 años, dueño de una dilatada y exitosa trayectoria dentro del deporte motor a nivel nacional e internacional
Gran Premio online, adhiere al dolor ante el fallecimiento del Sr. Rafael Balestrini, destacado preparador que acumuló una extensa trayectoria y experiencia dentro del deporte motor nacional e internacional.
Son solamente unos pocos nombres propios los que entran en la categoría de “figuras que cambiaron la forma de ver y entender el automovilismo deportivo”.
Pilotos, mecánicos, ingenieros, chasistas y, por qué no, periodistas. Buenos, muchos. Pero distintos, muy pero muy pocos. Ese es el caso de Rafael Balestrini. Dueño de una mente distinta, de una mirada diferente a todas las demás. Una persona capaz de pensar la competición desde el mínimo detalle hasta de manera integral, para justificar, entonces, cada una de sus decisiones técnicas.
Es motorista, pero es mucho más que motorista. Se convirtió en un reconocido preparador de motores de competición gracias a una vasta trayectoria a nivel nacional e internacional. Fue pionero en la construcción de elementos de competición con las más modernas tecnologías de diseño y fabricación. Y actualmente es el proveedor de piezas de motor para categorías nacionales e internacionales.
No es fácil saberlo, pero no debe pasar por desapercibido: Balestrini tuvo influencia directa en los motores de, por lo menos, los últimos 10 campeones de Turismo Carretera: entre ellos Agustín Canapino (con Chevrolet), Mariano Werner (con Ford) y José Manuel Urcera (que le devolvió un campeonato a Torino luego de 51 temporadas de sequía).
Rafael Balestrini “uno de los preparadores más exitosos de todos los tiempos del automovilismo argentino. Su bajo perfil y su especialización en determinados desarrollos, lo convirtieron en un ʽcampeón tras bambalinasʼ, generalmente asociado a otros preparadores como proveedor y asesor técnico. Su inicio fue con las motos importadas de la posguerra, junto a su padre, en la empresa familiar, que se dedicaba a maquinar piezas. Su experiencia en todo tipo de motores y más de 50 años en las pistas, le permiten dar cátedra del deporte motor”.


Cosechó éxitos en el Turismo Nacional e hizo la diferencia cuando casi todo estaba estandarizado. Inscribió su nombre en la historia triunfal en el Turismo Carretera, la máxima categoría de la República Argentina, y -además- brilló en una época súper competitiva del TC2000.
Sus decisiones, sus estrategias y sus trabajos hablaron por él. No hizo falta que tomara relevancia a nivel público. Esa no era su intención. El objetivo, claro desde un principio, fue crecer en el ambiente a fuerza de buenos resultados.
“Siempre me preguntaban cuál era mi secreto. La realidad es que nunca hubo un secreto. Yo sólo pensaba en una cosa, que lo que sabía hasta ese momento en particular nunca me iba a alcanzar para lograr todo lo que yo quería. ¿Qué me propuse entonces? Intentar aprender todos los días un poco más. Y créanme que, hasta hoy, sigo haciéndolo”, remarcó en la entrevista.
Y, con suma jerarquía, agregó: “Uno puede seguir un manual, una idea, o una estrategia que anteriormente haya salido bien, pero los resultados llegan por la imaginación. Llegan por querer siempre hacer cosas que los demás todavía no hayan hecho. Al final se trata de eso, de ir por un camino diferente. Pero esa decisión uno la tiene que tomar sí o sí con dos fundamentos básicos: el primero es la investigación y el análisis, y el segundo es el respaldo teórico que pueda ser aplicado a la práctica en una competencia de automovilismo”.
Tan cautivante fue el paso de Balestrini, que su historia debió dividirse en dos partes. La segunda, con un abordaje un tanto más deportivo: situada en finales de los años 70 y comienzos de los 80 con la evolución del Turismo, la creación del TC2000, su relación laboral con figuras como Reutemann y, como si eso fuese poco, con algunas historias poco conocidas.
Lo interesante de cada tema que se aborda es que además de desmenuzarse minuciosamente, deja también una reflexión y una idea. Es una verdadera clase de automovilismo deportivo visto integralmente, y no como generalmente se suele separar en la actualidad entre motor, auto y piloto, sino como una interacción completa de todas las partes.

No es una historia más, no es una biografía más. Es la de una cabeza llena de conceptos, la de un maestro que, desde temprana edad, mamó la pasión y el trabajo como únicos ingredientes de la receta que llevaba al éxito deportivo.