Loeb suma y sigue en la etapa 13 mientras Al-Attiyah cabalga hacia la corona
El piloto francés de BRX consiguió otra victoria asequible en una etapa con menos especial de lo habitual con Al-Attiyah a la zaga una vez más.
La etapa de hoy, de nuevo de una longitud menor en su tramo de especial con respecto a lo visto en la primera semana, ha constado de 154 km, comprendidos entre las localidades de Shaybah, y de Al-Hofuf, en un recorrido marcado principalmente por las dunas, que una vez más han marcado la etapa, aunque con algunos tramos de lago seco en los primeros kilómetros, y de tierra en su fase final.
Loeb suma y sigue
De este modo, el veterano piloto francés que acumula una llamativa racha de victorias, volvió a ejercer de líder desde el primer waypoint pese a la dificultad de tener que abrir pista. Así, el de BRX fue capaz de aventajar llegados al km 78 en 0’22’’ a Nasser Al-Attiyah, 1’10’’ a Chicherit, y 1’44’’ a Mattias Ekstrom único representante de Audi en lo que resta de la prueba dakariana en esta edición 2023.
Esta ventaja inicial en la primera referencia no hizo más que aumentar llegados al segundo punto de control en el km 114, aproximándose ya al final de la etapa, con un Sébastien Loeb a 1’56’’ del Toyota de Al-Attiyah, y con 3’55’’ sobre el piloto sueco de Audi, Mattias Ekstrom. Por su parte, Guerlain Chicherit, ya caía a 5’10’’ en la cuarta posición, mientras que el piloto saudí también de Toyota, Yazeed Al-Rajhi, se descolgaba en la quinta posición a más de seis minutos de diferencia con respecto al campeón francés de BRX.
Seis de seis
Finalmente, fueron Sébasten Loeb y Lurquin quienes con su BRX lograron la sexta victoria de etapa en tan solo seis días, completando el recorrido total en menos de hora y media para hacerse con el séptimo triunfo de etapa en este Dakar 2023. De esta forma, el podio siguió estando conformado por los habituales Nasser Al-Attiyah, que en su cabalgada a la conquista de esta edición 2023 se dejó hasta 5’28’’ con el corredor galo, firmando una nueva segunda posición que le sirve en bandeja el que será su quinto Rally Dakar. Por detrás del catarí vio meta Mattias Ekstrom, quien no pudo hacerlo en menos diferencia de lo que venia perdiendo en los WP anteriores, cediendo un total de 6’31’’.
EN EL PUNTO DE MIRA
Con la idea de rendir homenaje al Empty Quarter y abandonarlo con dignidad, la etapa se dirigía al sur de Shaybah hasta llegar a un buen montón de arena donde las dunas se perdían de nuevo en el horizonte. En esta última prueba de franqueo, mezclada con el regreso de las pistas de gravilla al final del recorrido, Kevin Benavides ha dado rienda suelta a su sentido de la adaptación y su don de la oportunidad para volver a colarse en el esprint final más apretado de la historia del Dakar. No ha sido así para Sébastien Loeb, quien no obstante ha hecho gala de un talento absolutamente descomunal durante todo el recorrido por el Empty Quarter al conseguir un pleno de victorias de etapa en esa zona y batir un récord en poder de Ari Vatanen desde 1989. Nada más y nada menos.
LO ESENCIAL
Ni Alfred Hitchcock, Martin Scorsese, Agatha Christie y Quentin Tarantino juntos habrían escrito un guion con tanto suspense como el de la etapa de Shaybah para el penúltimo día del Dakar. Los autores fueron Kevin Benavides y Toby Price, quienes, sin cálculo ni estrategia, tan solo con la fuerza de sus brazos, dibujaron los giros y bandazos necesarios para superar las dunas mientras abrían gas a fondo en cuanto podían. Mientras volaba hacia la 7ª victoria de etapa de su carrera (véase “La actuación del día”), el piloto de Salta se detuvo al llegar al lugar del accidente de su compañero de equipo Matthias Walkner, pero volvió a lanzarse a la pista para dar caza a su otro compañero de KTM, Toby Price, al que coloca en una situación ultraincómoda a 136 kilómetros de la línea final de meta. Tras la llegada a Al-Hofuf, el australiano domina la clasificación general con 12’’ de ventaja sobre Kevin Benavides, algo inaudito a estas alturas del rally. Después de unos 3900 km de crono, los separa un tiempo equivalente a apenas 300 metros, una distancia que vigilarán de cerca en la etapa final de mañana con Dammam como destino. Skyler Howes, relegado por el dúo australo-argentino, aún no tira la toalla, pero ese minuto y treinta segundos que lo separan de Price pasan en un suspiro. Sobre todo, el orden de salida particular de la última especial, siguiendo el sentido inverso de la general, obligará al estadounidense a rodar “a ciegas” con Benavides y Price pisándole los talones, dos tipos de los que resulta difícil zafarse. Desde luego, ese tipo de tensión no es lo que sentirá al salir a pista Nasser Al Attiyah, quien durante el tramo de enlace se dio el capricho de respirar ráfagas de aire de su país al pasar a pocos kilómetros de la frontera catarí antes de llegar a Al-Hofuf. El piloto de Toyota percibe cada vez con mayor nitidez el aroma de un quinto título, pese a un Sébastien Loeb desatado que, aunque hace añicos las estadísticas, sigue a 1h21’ de la que sería su primera victoria en la general. El piloto francés no se contentó únicamente con asegurarse la 2ª plaza por delante del principiante Lucas Moraes (véase “El dato”), sino que además se permitió el lujo de batir uno de los récords de Ari Vatanen. Antes de Loeb, nadie había ganado 6 etapas consecutivas en la categoría principal de autos. En total, acumula 7 en 2023 (como Sainz en 2011) y 23 desde su estreno en el Dakar en 2016. En T3, Mitch Guthrie se ha copiado de Loeb y ha acumulado su propia colección de etapas (5 este año, 7 en todo su palmarés), pero Austin Jones sigue siendo intocable con una ventaja de 50’ sobre Seth Quintero, y lo mismo ocurre con un Alexandre Giroud al que le traen sin cuidado las 4 victorias de etapa consecutivas de Marcelo Medeiros. En T4, el benjamín del Dakar, Eryk Goczał, se hace con su cuarta etapa y se acerca a Rokas Baciuška, líder bajo presión pero estable desde la 7ª etapa. Por su parte, Janus van Kasteren podrá respirar tranquilo cuando eche un vistazo a la clasificación del día: los sinsabores de Martin van den Brink (véase “Un duro revés”) dejan como perseguidor más inmediato a Martin Macík, a la friolera de 1h16’.
LA ACTUACIÓN DEL DÍA
Esta mañana, Toby Price contaba con una ventaja de 28’’ sobre Skyler Howes y de 2’40’’ sobre Kevin Benavides en la general. A su llegada a meta, mucho después que sus adversarios, el argentino estuvo a punto de darle la vuelta a la tortilla tras pasar 23’10’’ junto a un maltrecho Matthias Walkner, su compañero de equipo y vencedor del rally en 2018, antes de que un helicóptero se lo llevara del Dakar. Con ese lastre psicológico del que muy pocos campeones logran evadirse, el mayor de los Benavides conseguía embolsarse la especial gracias a la devolución del tiempo perdido al detenerse. De hecho, arrebataba la victoria a su hermano, primer ganador anunciado antes de recibir una penalización de un minuto por exceso de velocidad, para adjudicarse su cuarto éxito en este Dakar. En la víspera de la llegada final, el vencedor del Dakar de 2021 está a tan solo 12’’ del australiano, una diferencia inédita en el Dakar. En 2014, Peterhansel llegó a estar en cabeza en este punto de la carrera con una ventaja de 26’’ sobre Nani Roma, pero ese récord ha quedado ahora pulverizado. En motos, no hay que remontarse mucho para encontrar la diferencia más nimia entre dos pilotos en vísperas de la llegada: en 2019, Pablo Quintanilla salió con un retraso de 1’02’’ por detrás de Toby Price, siempre Toby Price. El australiano llegó a Lima como vencedor por segunda vez en su carrera después del éxito de 2016. El chileno de Husqvarna terminó aquel año muy dolorido por una caída memorable tras aterrizar de plano en un salto de duna. Mañana, salvo consigna del equipo austriaco, deberíamos ver un esprint de 153 km, quizás con la menor diferencia de la historia del Dakar entre vencedor y perseguidor.
UN DURO REVÉS
En el Dakar, cuando una tripulación pierde por un simple error de navegación o pilotaje, no queda otra que asumir el fallo y aspirar a hacerlo mejor al año siguiente, pero, cuando lo que falla es la mecánica, es más fácil perder los estribos. Eso es precisamente lo que le ha pasado hoy a Martin van den Brink. Situado a media hora larga de Janus van Kasteren en la general antes de la salida de la especial, Van den Brink aún podía aspirar a subirse al escalón más alto del podio en Dammam, pero no contaba con ser víctima de un problema mecánico durante la 13ª etapa, a tan solo un día del final. El neerlandés tuvo que parar a unos 50 km para ensuciarse las manos. Los minutos pasaban y la segunda posición en la general también; Martin Macík, quien también ha sufrido numerosos contratiempos en este Dakar, aprovechó la ocasión para arrebatarle el 2º puesto de la general. El Dakar no hace prisioneros.
EL DATO: 3
Habría sido una osadía apostar por las opciones de hacer podio final de Lucas Moraes al final de la 6ª etapa, cuando se coló en la 3ª posición tras las vicisitudes sufridas ese mismo día Stéphane Peterhansel, Carlos Sainz y Yazeed Al Rajhi. Sin embargo, el novato brasileño supo tener sangre fría, más que un Henk Lategan que iba por delante en aquel momento, e incluso mantuvo la calma cuando Sébastien Loeb se lanzó a por él. Es cierto que el vencedor más joven del Rally dos Sertões, la carrera todoterreno de referencia en Brasil, cedió el 2º puesto a Nasser Al Attiyah ante el festival del nonacampeón del mundo de rallies al volante de su Hunter, pero a un día del final conserva atado y bien atado el tercer puesto, con un cómodo y halagador margen de 55’ sobre Giniel de Villiers. Un rookie en el trío de cabeza en autos era algo que no se veía desde Juha Kankkunen, vencedor en 1988, quien no hacía sino imitar a su ilustre compatriota finlandés Ari Vatanen, debutante victorioso en el Dakar en 1987. Como curiosidad, la actuación de Lucas Moraes sobrepasa con creces el mejor resultado hasta la fecha de un brasileño en la categoría principal de coches: Leandro Torres y Reinaldo Varela se impusieron en SSV en 2017 y 2018 respectivamente, pero hasta ahora el récord nacional lo tiene Klever Kolberg con un 8º puesto al término de la edición de 2002. Pan comido.
W2RC: Saque neutral
Salvo giro inesperado de los acontecimientos, Nasser Al Attiyah ya tiene en su mano la primera manga de la temporada y recibirá 50 puntos frente a los 40 de Sébastien Loeb. Eso sí, su prudencia le priva de obtener puntos valiosos como los que ha logrado su rival, o incluso el récord de victorias en especiales conseguido hoy por el francés. Puede que el catarí haya terminado 2º en la etapa de hoy por detrás del piloto galo, pero, en la víspera de la meta final, los dos grandes rivales, también en esta segunda temporada del campeonato, se encuentran prácticamente igualados a puntos. Cabe recordar que, en el epílogo del año pasado, Nasser se fue de Jeddah con un solo punto de ventaja pese a ganar el Dakar. Si los dos campeones llegan a la meta mañana, el campeonato estará abierto y la segunda temporada de autos se presenta emocionante. En motos, la distancia entre los ocupantes actuales del podio de la general favorece con claridad a los dos pilotos oficiales de KTM, Price y Benavides, y al piloto de Husqvarna Skyler Howes. Ninguno de los 3 figuraba en el podio de 2022. Las dos marcas también podrían anotarse muchos puntos en detrimento del equipo campeón del mundo. Honda se sitúa ahora mismo en 4º y 5º puesto con Van Beveren y Quintanilla, y la jugada podría no salirle tan bien como el año pasado.
CON SABOR A CLASSIC
La 3ª edición del Dakar Classic alcanzaba hoy su objetivo, puesto que mañana el pelotón de participantes llegará hasta el golfo Pérsico por un tramo de enlace. Esta tarde, Juan Morera y Lidia Ruba pueden enorgullecerse de haber protagonizado la primera participación prácticamente sin errores de la corta historia de la carrera. La pareja española ocupó sin interrupciones el primer puesto de la general desde la 2ª etapa, dejando tan solo las migajas de la 1ª etapa a otra pareja de recién llegados, los Galpin en su Protruck. Y son sus amigos Carlos Santaolalla y Aran Sol i Juanola quienes los siguen en la clasificación, por delante de los italianos Paolo Bedeschi y Daniele Bottallo. Los vencedores de 2022, Serge Mogno y Florent Drulhon, 5º en la general, brillaron con luz propia al adjudicarse el Challenge Dune Test, una prueba que recompensaba por primera vez la buena actuación de los competidores en las hileras de dunas. En cuanto al Challenge Authentic Codriver, se lo llevó una tripulación llegada con toda la instrumentación moderna que, al final, tuvo que hacer de la necesidad virtud. Al no conseguir que funcionase la tecnología, se apuntaron al reto de los aventureros del lápiz y papel y acabaron ganando el desafío. En el esperado Iconic Classic Challenge, reservado a vehículos que ya hayan participado de verdad en el Dakar, se ha impuesto otro Toyota HDJ 80. Porque sí, porque todos los vencedores de 2023 han competido en un “80”. El vencedor del desafío es el de los catalanes que ocupan la 2ª posición de la general, vehículo que participó en las ediciones de 1994 y 1996. Como pequeña curiosidad que aporta color a la competición Historic, ese vehículo perteneció a Jacky Ickx, quien tenía la intención de participar con él en el Dakar. El proyecto no llegó a buen puerto, pero el broche a esta edición vino cuando el piloto belga, padrino de la competición, estuvo presente durante toda la quincena y, por lo tanto, pudo asistir a la victoria de “su” vehículo en ese reto del Dakar Classic.