Los de Woking piensan en limitar daños y en las carreras de Inglaterra y Hungría
Tras lo visto en Canadá, el Gran Premio de Austria se presenta difícil para McLaren. Los de Woking llevarán distintas evoluciones que traten de mejorar el comportamiento del monoplaza, aunque primero hay que ver cómo funciona. Además, Fernando Alonso será penalizado por un cambio de motor basado más en la estrategia que en la fiabilidad.
Después de su tercer abandono consecutivo, el asturiano quiere que los de Woking asuman más riesgos. Por ello, ha aceptado competir en Austria con un nuevo motor, a pesar de que esto le lleve a la zona más baja de la parrilla. El plan está basado más en la táctica que en la búsqueda de un mejor rendimiento, sacrificando una carrera en la que esperan ser más lentos y afrontar sin miedo las carreras de Inglaterra y Hungría, en las que por las características del trazado serán más competitivos.
Además, el español también montará el nuevo paquete aerodinámico que han diseñado en McLaren. Está programado que Alonso ruede el martes en los tests post Gran Premio, pero el asturiano también rodará con él durante el fin de semana, con la intención de hacer todos los kilómetros posibles con la nueva evolución, que incluye un morro más corto, unos alerones revisados, un nuevo suelo y cambios en la carrocería. Sólo el español tendrá disponible estas mejoras, después de que Jenson Button disfrutara de esta condición anteriormente.