Anticipo

Moto GP: Valentino y su historia con Mugello

Moto GP: Valentino y su historia con Mugello

Teniendo en cuenta la historia de amor que han vivido Valentino Rossi y el circuito de Mugello, resulta casi increíble pensar que hace ya siete años desde que el italiano consiguiera la última de sus siete victorias consecutivas de MotoGP en este icónico escenario.

A pesar de este éxito sin parangón, la suerte del piloto de Movistar Yamaha ha vivido en Mugello subidas y bajadas casi tan espectaculares como las del propio trazado del circuito.

Mugello ha sido escenario de algunos de los mejores momentos de la trayectoria de Rossi, pero también le ha mostrado el lado más oscuro de las carreras.

Su primera victoria en Mugello llegó en 1997 en la categoría de 125cc, tras la cual protagonizó una de las más malvadas celebraciones contra su amargo rival y compatriota Max Biaggi.

Rossi celebró su triunfo llevando consigo una muñeca hinchable durante la vuelta de honor, sobre cuya espalda estaba escrito el nombre de Claudia Schiffer, en una clara alusión a la relación que mantenía en ese momento Biaggi con la súper modelo Naomi Campbell.

Su única victoria en 250cc llegó en 1999, cuando empleó en carrera la recordada decoración ‘Peace and Love’ sobre su Aprilia.

La popularidad de Rossi ya había explotado y eran tiempos en los que miles de seguidores saltaban a pista para celebrar la victoria junto a su ídolo. Intentando escapar, Rossi sufrió incluso una caída durante la vuelta de honor, cuando atropelló por accidente al entonces cámara de televisión Gigi Soldano.

La primera experiencia amarga de Rossi en Mugello llegó durante su temporada de debut en la categoría reina en 2000. Intentando ser el primer piloto italiano que ganaba una carrera de 500cc en Mugello, Rossi se vio envuelto en una vibrante batalla con Loris Capirossi y Biaggi, pero terminaría sin opciones después de sufrir una caída.

Un año después sería víctima de una nueva caída bajo la lluvia, cuando salió a pista con su Honda NSR 500 pintada con una especial decoración hawaiana.

En todo un alarde de superstición, después de aquel accidente Rossi no ha vuelto a usar decoraciones especiales para correr en Mugello. En su lugar comenzó la costumbre de presentar cascos únicos para cada ocasión.

La tradición de los cascos comenzó en 2002 y la mañana del sábado con su estreno ya se ha convertido en uno de los momentos esperados de la temporada. La primera de ellas consistió en una réplica del diseño empleado por su padre, Grazziano Rossi, en 1979, justo el año en que nació Valentino.

La costumbre de mostrar distintos cascos también coincidió con el comienzo de su racha victoriosa en 2002, que le dio nada menos que siete triunfos consecutivos.

Su éxito de 2002 también resultó un perfecta excusa para una celebración durante la vuelta de honor muy bien planificada.

Rossi había dominado la carrera sobre la superlativa Honda con motor V5 y algunas voces habían sugerido que su éxito se debía a la altísima velocidad máxima de la RC211V.

Mugello cuenta con una de las rectas más largas del calendario, así que después de otra victoria sobre Biaggi, Rossi se detuvo en la vuelta de honor para ser multado por exceso de velocidad por algunos de sus seguidores disfrazados de policías.

No todos los recuerdos de Rossi en Mugello han nacido en la pista. Y desde luego, nunca podrás acusarle de falta de creatividad o sentido del humor.

En 2008 presentó la más famosa de sus creaciones para Mugello.

No se le ocurrió otra cosa que pintar sobre la calota de su casco AGV su propio rostro con expresión de susto.

La inspiración de la idea vino del legendario diseñador de cascos Aldo Drudi después de preguntar a Rossi sobre la impresión de su cara al frenar al final de la larguísima recta de meta.

Aquel día también ganó, pero desde entonces, se recuerdan más los momentos de lágrimas que los de sonrisas.

En 2010 Rossi era víctima de una terrible caída por encima del manillar en la entrada de la rápida chicane de Biondetti, que le provocó una fractura abierta de la tibia derecha.

Durante las temporadas 2011 y 2012 terminó dos veces sexto al manillar de la controvertida Ducati Desmosedici y a estos resultados les siguió una esperanzadora renovación de sus posibilidades cuando Mr. Mugello volvió a las filas de Yamaha en 2013.

Sin embargo, apenas duró 30 segundos en carrera cuando durante la desastrosa primera vuelta fue víctima de una maniobra del español Álvaro Bautista.

Rossi llega este fin de semana a una suerte de hogar espiritual con la que probablemente sea su mejor oportunidad de volver a llevar al delirio al apasionado público local, en la que sería su décima victoria en su amado Mugello.

El piloto de 36 años se encuentra ahora en una racha de oro que hasta el momento ha sumado nueve podios consecutivos, incluyendo tres victorias.

Y por primera vez desde 2008, llega al mítico trazado de Mugello de nuevo como líder de la clasificación provisional del Campeonato del Mundo.

Rossi y decenas de miles de incondicionales seguidores esperan que su suerte este fin de semana en Mugello tenga más subidas que bajadas.

Related posts