Mikkelsen marcó el ritmo inicial y se puso en cabeza en la primera especial de Stańczyki, cuando su compañero de Hyundai Ott Tänak, que había liderado la carrera tras la superespecial del viernes por la tarde, se retiró con daños en el tren delantero causados por un impacto inevitable.

La estrella noruega logró una ventaja de 7,4 segundos con su i20 N, pero se vio atacado por los pilotos del Toyota GR Yaris, Kalle Rovanperä y Elfyn Evans, en el repetido bucle de la tarde, cuando su retrasada posición de salida le restó ventaja en unas pistas ya limpias de tierra suelta.

«Estoy contento con mi día», dijo Mikkelsen, que lideró por última vez un rallye del WRC en Turquía en 2019. «Fui demasiado cuidadoso en el primer tramo después del reagrupamiento, así que trataremos de ajustarnos para mañana».

«Es bastante divertido; anoche estaba viendo un vídeo de los reconocimientos en el portátil y me quedé dormido en él», dijo. «Creo que hoy hemos hecho un buen trabajo teniendo en cuenta la situación en la que nos encontramos».

Evans se clasificó entre los tres primeros en todos los tramos menos en dos y está a punto de recortar distancias con sus rivales por el título, Tänak y Thierry Neuville, a los que seguía de cerca al llegar a esta séptima prueba de la temporada. Neuville, que actualmente lidera el campeonato, tuvo que hacer frente a unas condiciones resbaladizas en las tareas de barrido de la carretera y terminó séptimo en la general.

Grégoire Munster, también pilotando un Puma, terminó sexto a 21,3 segundos del liderato, con Neuville a 8,5 segundos. El octavo clasificado fue Takamoto Katsuta, que tuvo problemas para encontrar un ritmo cómodo en su Toyota, mientras que los líderes del WRC2 Sami Pajari y Kajetan Kajetanowicz completaron el top 10.

Las tripulaciones se enfrentan mañana a siete tramos más que recorrerán 124,10 km, incluida una tercera pasada por la corta superespecial junto a la base de Mikołajki del rallye.