MotoGP 2024 se inició con el estreno más esperado, el de Marc Márquez sobre la Ducati, en Gresini. Y lo hizo a lo grande, como casi todo en el de Cervera. Brilló y voló. Llegó a ser primero y hasta él mismo alucinó con lo que hizo. Terminó cuarto, pero con grandes sensaciones y una sonrisa de oreja a oreja que augura un gran curso.
La expectación era enorme. En un día laborable, con viento frío y sólo 14 grados, 3.600 espectadores agotaron las entradas que se pusieron a la venta. Los fans se apostaban en la tribuna de meta para ver el debut de Marc Márquez con la Ducati del equipo Gresini.
Las condiciones hacían aconsejable aguardar, aunque otros tenían más prisa. Así, a las 10:25, el primero en salir a pista fue su sustituto en el Repsol Honda, Luca Marini. Como siempre, una legión de ingenieros japoneses se arremolinaron a él al parar. La nueva RC123V tiene muchos cambios aerodinámicos y una gran reducción en el peso.
Luego llegaba otro estreno, el de Franco Morbidelli, con la Ducati del Prima Pramac. Se sucedían las novedades, Johann Zarco con el LCR Honda o Álex Rins con la Yamaha, cuyo gran cambio está en el motor.
Otro de los momentos más esperados era ver a Pedro Acosta sobre una MotoGP. De rojo GasGas y con el ’31’ en el carenado -pues el ’37’ lo lleva su compañero Augusto Fernández-, el Tiburón de Mazarrón partía con ganas y su sonrisa delataba diversión al parar por primera vez.
Marc se hacía de rogar, pero llegaba a su box con un mono negro con tonos rojos anaranjados y hablaba los últimos detalles con Frankie Carchedi, su nuevo jefe de mecánicos. Sólo tenía una Desmosedici a su disposición y no dos como los demás, con lo que una caída podía frustrar todo. A las 11.14 de la mañana, se abría la persiana y salía de su garaje esquivando a un mar de fotógrafos.
En su primera tanda, de sólo siete vueltas, ya se puso tercero, haciendo el primer mejor sector y acabando a tres décimas. Su enorme sonrisa al quitarse el casco lo decía todo lo que no le dejan expresar con palabras -pues su contrato con HRC acaba el 31 de diciembre-. Alguno, en otro box, ya tragaba saliva. Como Davide Tardozzi, del Ducati oficial, que ya veía a Marc entre los tres primeros a final de temporada.
En la pizarra de Gresini le ponían: ‘Welcome to the family’ (Bienvenido a la familia). En su silla, una publicidad de Estrella Galicia con el lema ‘Levántate y disfruta’. Más que una premonición.
Los oficiales ‘ducatistas’ llevaban una evolución del motor ya para 2024. Jorge Martín era el primero en accidentarse, en la curva 10.
Después de una tanda con gomas más duras, el octocampeón hizo otra muy corta y forzando. Se puso segundo y a dos décimas del mejor en ese momento, Viñales, con la Aprilia, que sólo tiene pequeñas evoluciones.
Aleix Espargaró no pudo rodar mucho, 17 vueltas. Sentía dolores por la fractura del peroné izquierdo y se fue directo a la clínica Dexeus de Barcelona para hacerse pruebas. Espera ir al túnel de viento en Alemania la semana que viene.
Raúl Fernández brillaba en su primera ocasión con la Aprilia de 2023 y ese chasis diferente. Se olvidaba de los líos del equipo y hasta se puso primero. El probador Savadori guiaba una RS-GP con chasis de fibra de carbono.
Marc mejoraba… tras rodar a rueda de Mir y su Honda. Hasta tenían un rifirrafe porque el de Cervera se fue largo y al volver a pista Joan se sintió molestado.
Más alucinante fue aún la siguiente tanda: Se puso primero con los décimas de renta. Hasta hacía un gesto de sorpresa porque ni él se esperaba ir tan rápido. Se queda a sólo 185 milésimas de su mejor tiempo con la Honda, en la Q2, pero cuando hizo más calor y menos viento. Después, hasta rebajó el registro unas milésimas. Mientras, Zarco, con la Honda, se caía en la curva 4.
«Esto es una mala noticia para nosotros, pero muy buena para el mundo de la moto», resumía Gino Borsoi, del Prima Pramac Ducati.
Maverick Viñales apeaba al mayor de los Márquez del primer puesto con la Aprilia. Era la hora y media final y muchos apretaron. Así, Bezzecchi y Binder también podían con Marc, que acababa cuarto.
Otros, en cambio, recogían y se iban a casa antes del final. Fue el caso de Jorge Martín o Pecco Bagnaia. Acosta seguía y se caía en la curva 2.