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Amado y odiado, se cumplieron 50 años del revolucionario Chevitú

Amado y odiado, se cumplieron 50 años del revolucionario Chevitú

 

Gracias a una publicación firmada por Jorge Cupeiro que mi amigo Federico Kirbus me envió, recordé que tenía algo preparado para el 50° aniversario del Chevitú y se me había pasado!.
En el autódromo de Buenos Aires el 12 de abril de 1964, se presentaba a competir el novedoso Chevitú, y ya pasaron 50 años!
Casi desde el fondo de la historia de la marca los norteamericanos llamaban Chevy a los Chevrolet, es un diminutivo, casi igual que nosotros, al menos acá por mis pagos, en algún momento a aquellos simpáticos 4 cilindros del fin de los 20 les llamamos cariñosamente Chevroletines.
Aquellos mastodontes llenos de cromados y colas como aletas que llamábamos Impala, eran Chevrolet-Impala (había mas modelos) ya se conocían como “Chevys”. Parece medio difícil pensar en un diminutivo de un aparatazo semejante, pero así era.

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En 1960, al aparecer los modelos mas chicos que se conocieron como compactos en USA, Chevrolet presentó el auto mas revolucionario de la industria norteamericana hasta hoy, el Corvair (si te interesa otra vez te cuento), que lamentablemente siendo el auto que mas novedades presentaba después del Cord (1935) justamente por eso, por ser tan revolucionario, no tuvo la aceptación que se esperaba y General Motors debió salir dos años después con otro modelo mas tradicional para competir con el Falcon y el Valiant.
La denominación de fábrica fue Nóva (no lleva acento, lo escribo para resaltar la pronunciación), pero como ya había un “Chevy” para el público este fue el Chevy II (dos en inglés, que suena tu). Se ofrecía en versiones de 4 (2.523cc-90HP) o 6 cilindros (3.179c.c-120HP) en línea.

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Tapa de Mecánica Popular presentando en USA el Chevrolet Nova en diciembre de 1961

 

Como comunmente sucedía, en USA estaba disponible en versiones de 4 y 2 puertas, rural, cupé, cupé sin parantes y convertible techo de lona.
Acá no se podía llamar NOVA, se imaginan las cargadas de la competencia? Quien iba comprar un un auto de nombre no-vá, y se llamó Chevrolet 400, llegaba poco después, ya que la producción del modelo de cuatro puertas en la planta de GM de San Martín (P.B.A) comenzaba en 1962.
Froilán González decidió hacer un TC aprovechando una cupé importada de ese modelo, el nombre vino con la fonética: Chevitú, que encima sonaba re-bien.
Que iban a decir casi todos, los tradicionalistas: imposible!, como va a correr en TC contra las cupés, puro fierro, muchas tenían todavía los dos ejes rígidos, éste, ni siquiera tenía chasis!
No faltó quien pensara: que saben de autos los yanquis, como olvidándose que las cupecitas, hacía mucho, pero de allá habían venido, lo que pasaba era que la vejez les había dado carta de ciudadanía. Si el TC es nuestro!

 

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Tengan en cuenta lo muy tradicionalista que nuestra gente del TC siempre fue , que todavía hoy inexplicablemente corren los Falcon, Torinos, Dodges y Chevrolets. No es una crítica, es una característica de esta categoría.
Entonces, al presentarse el Chevitú, el Torino no existía y no se concebía que se pudiera correr en otra cosa que no sea una cupecita, pero Froilán González (5/2/1922-19/6/2013), atrevido, los desafiaba con el nuevo auto, al volante: otro gallego: Jorge Cupeiro.
Con gran expectativa se presentó en el autódromo de Buenos Aires el 12 de abril de 1964, casi standard por fuera, y tuvo que abandonar. El motor era obra de los hermanos Bellavigna.
Pero los laureles de la victoria lo esperaban ese mismo año el 9 de agosto en Mar del Plata en una carrera reservada a no ganadores, y para el 13 de Marzo del año siguiente 1965 se alzaba con una serie y la general en el Autódromo de B.A., mientras que en ruta “hogar” tradicional del TC, la victoria llegaba en una Vuelta de Arrecifes el 9 de Mayo del 65.
En ese momento exteriormente seguía sin diferenciarse del original norteamericano, recién en la segunda temporada se introducirían mejoras aerodinámicas cambiando su aspecto.
Mamma mia. El lio que se armó! Que no iba a durar, que se desarmaría, que iban a tener que reconstruirlo cada carrera…. mas bien parecía que les daba lástima…
Afortunadamente nada de eso pasó, los problemas de juventud se fueron superando y el Chevitú andaba y como… tenía mal a los Ford y a las cupecitas de la misma marca Chevrolet.
Entonces apareció la bronca! Cómo un tipo así de irrespetuoso y equivocado, encima, podía darles esa paliza a los de siempre? Casi a los padres fundadores de la categoría; Gálvez, Emiliozzi, Peduzzi, Ríos, Rienzi, Ciani, Petrini, Navone, y que se yo cuantos ídolos mas.
Esos tipos laburadores que yugaban todo el día en el taller y se quedaban de noche preparar la cupecita. Entonces eran muy pocos los que como Alzaga o Menditeguy, se hacían preparar el auto y se subían descansaditos, el resto era gente de taller, que bendecimos con esa especie de santidad que le colgamos a esos líricos.
Bronca, pero esa bronca sana, de la gente los autos, que no llega mas que a las cargadas, a los apelativos, desearle que pierda, que se funda, que se salga una rueda, pero nada mas…

 

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Media tribuna a favor, todos los Chevroletistas, porque cuando empezó a ganar se olvidaron de la falta de respeto, que no tenía chasis y lo empezaron a adorar, el tendal de Fordistas doloridos, heridos al ver que el cachivache le hacía comer tierra, y mucha a Emiliozzi, Rienzi, Casá, Gálvez, Menditeguy y compañía.

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Jorge Cupeiro al mando de la segunda versión del Chevitú, esta vez en Rafaela

Con el tiempo llegaron mas compactos a la categoría, la demostración de que andaban y ganaban fue cambiando la mentalidad, mas adelante llegaron los Torino.
Mas adelante los accidentes terminaron con las carreras en ruta, las trenzadas pasaron a los autódromos, las cupecitas ya no eran las estrellas indiscutidas y como a todos, les llegó la jubilación.
Aunque no salió campeón, se terminó alzando con 14 triunfos en la categoría que en ese tiempo nos tenía en vilo.
El polémico Chevitú, marcó el camino.
Grande Froilán!
Grande Jorge Cupeiro.

Agradecimiento especial a Federico B. Kirbus, Jorge Cupeiro y el permanente recuerdo a los hermanos Wagner que me obsequiaron el tesoro de su archivo fotográfico.
Fuentes consultadas: Autoclub, Automundo, Campeones Edición Especial N°16, Corsa, La Nación, Mecánica Popular, Parabrisas, Turismo de Carretera 70 años, Velocidad, www.cocheargentino.com.ar, folletos y publicidad de las marcas.

Bocha Balboni
historiasdehya@gmail.com

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