Los dos primeros tramos del Rally de Montecarlo han dejado un duelo apasionante entre Sébastien Ogier y Sébastien Loeb.
El Col de Turini ha puesto a prueba a los ‘Rally1’ híbridos y al final del día hay sensaciones de todo tipo, como en botica.
El WRC ha arrancado la era híbrida con buen pie. Si en un ejercicio de pura imaginación se pide dibujar el debut perfecto de los ‘Rally1’, muchos hubieran trazado el estreno vivido en la noche monegasca. Los dos primeros tramos del Rally de Montecarlo, la mítica noche del Turini, han regalado el perfecto duelo entre Sébastien Ogier y Sébastien Loeb, los dos pilotos más grandes de la era World Rally Car. Quizá son invitados de lujo dados sus programas parciales en el primer año de la era híbrida del WRC, pero la dupla de pilotos franceses ha ofrecido un espectáculo magnífico a los cientos de aficionados situados en las cunetas.
Ogier ha sido el vencedor ‘a los puntos’ del combate con Loeb al llevarse los dos scratch en juego, pero el duelo entre ambos ha recordado al que tuvieron en 2015. De momento, el Toyota GR Yaris Rally1 manda en manos del piloto de Gap, pero el Ford Puma Rally1 no está lejos. Y así lo demuestra el rendimiento de Sébastien Loeb, a sólo 6,7 segundos de su tocayo, pero también el buen hacer de Adrien Fourmaux y Gus Greensmith, cuarto y quinto al final de los dos primeros tramos tras Elfyn Evans.
Con dos Toyota y tres Ford en el ‘top 5’, la línea dramática del guion del shakedown se ha mantenido en la noche del Turini a través de Hyundai. Oliver Solberg sufría problemas para escuchar a su copiloto, Elliott Edmonson, lo que le hacía perder mucho tiempo en el SS1. No le iban mucho mejor las cosas a Thierry Neuville en la primera especial al quedarse sin frenos y neumáticos. Por su parte, Ott Tänak sufría algún problema sin especificar en su Hyundai i20 N Rally1, por lo que el estonio prefería no hacer comentarios en meta.
Aunque Takamoto Katsuta se ha ‘solidarizado’ con Hyundai al arrastrar algún tipo de problema en su Toyota GR Yaris Rally1, los dos primeros tramos parecen una losa difícil de levantar para la firma surcoreana. Y es que más allá de problemas de juventud del Hyundai i20 N Rally1, el coche del fabricante asiático parece que está pagando los retrasos en su desarrollo. Es pronto para afirmarlo, pero el i20 N Rally1 parece haber nacido un pasito por detrás de sus dos rivales. Los problemas de motor de Ott Tänak y el preocupante reguero que dejaba Thierry Neuville al terminar el SS2 no invitan al optimismo.
Al final del segundo tramo sólo había que mirar las caras de unos y otros para descubrir los escenarios en los que quedaba dividida la noche del Turini. Por un lado, ‘los Seb’. En su mundo, en su duelo particular. En un segundo escalón, sus perseguidores, con Elfyn Evans a la cabeza y Gus Greensmith y Adrien Fourmaux a su estela. Estos dos últimos, pilotos jóvenes, rápidos y muy satisfechos con el nivel del Ford Puma Rally1. Craig Breen a su estela. En un tercer nivel, los ‘golpeados’ pilotos de Hyundai. Y es que a los problemas de motor de Tänak y de caja de cambios de Neuville había que sumar un trompo de Oliver Solberg.
