Cuatro semanas después del inicio de la erupción del volcán Cumbre Vieja, los habitantes de La Palma siguen inmersos en una pesadilla que no parece tener visos de terminar pronto.
Sin duda la vida de los habitantes de La Palma, una de las preciosas Islas Canarias, ha cambiado para siempre. Nadie sabe si en el futuro las cosas serán mejores, pero lo cierto es que actualmente la isla se ha convertido en una pesadilla desde que hace ya un mes el volcán Cumbre Vieja despertara de su letargo.
Fernando Alonso muestra la parte posterior de su casco para Austin.
Desde entonces, más de 1000 edificaciones (800 de ellas viviendas) han sido arrasadas por la lava y cerca de 6400 personas han tenido que ser evacuadas, perdiendo su vida por completo y, lo que es peor, siendo incapaces de atisbar un futuro, ayudas económicas gubernamentales a corto plazo o, al menos, un lugar estable en el que subsistir.
El volcán Cumbre Vieja no tiene intención alguna de cesar su actividad por el momento y los evacuados esperan con ansia las 93 viviendas que el Gobierno canario espera tener disponibles en mes y medio. Mientras, la isla se ha dividido en varias partes, algunas de ellas inaccesibles a consecuencia de las coladas de lava que han arrasado y aislado poblaciones, plantaciones y lugares de trabajo, además de afectar al suministro eléctrico y de agua potable.
Por eso, cualquier ayuda es bienvenida y diversos estamentos y personalidades se han movilizado para conseguir ayuda para las personas afectadas. Fernando Alonso ha anunciado que el próximo jueves ofrecerá más información sobre lo que tiene pensado hacer en relación a este asunto, pero mientras ha dejado entrever un casco en honor a la isla de La Palma y sus habitantes, que será utilizado en el Gran Premio de Estados Unidos que se disputa este fin de semana en Austin.