Hace 57 años, en la IV Vuelta de Necochea, un circuito de 368 kilómetros que se corría a dos vueltas y que tenía como punto de inicio la ciudad balnearia, para luego dirigirse a Tres Arroyos, Benito Juárez y regreso a Necochea, los hermanos Dante y Torcuato Emiliozzi escribían otra página en la historia grande del TC.
Con La Galera, pintada de blanco y negro, los hermanos de Olavarría se imponían tras 3h37m23s2 y establecían un promedio de 203,526 km/h de promedio, superando por primera vez la barrera de los 200 km/h.
El año anterior, Ángel Rosel Meunier había marcado un promedio de 198,134 km/h de promedio y era el récord a batir, algo que consiguieron los olavarrienses con su Ford V8, el cual, en las rectas, transitaba a más de 225 km/h y a los aviones que transmitían la competencia se les hacía difícil seguirlos. El récord de vuelta (la primera de dos) también fue para los Emiliozzi, a 206,618 km/h.
Así quedó en la historia como el día en que un automóvil de carrera con motor de válvulas laterales superó los 200 km/hora en una prueba de ruta, donde a los aviones transmisores les era imposible seguir a la Galera que en las rectas, superaba los 225 kilómetros por hora.