A una semana del domingo 15 de marzo, la fecha establecida para la primera parada del calendario del Mundial de Fórmula 1, todavía no está claro que el Gran Premio de Australia vaya disputarse. Las restricciones derivadas de la propagación del Covid-19 cada vez son más radicales y estrictas en aquellos focos en los que el número de contagios es mayor. El aislamiento que Italia decretó este sábado en una cuarta parte de la población del país (el Gobierno ha prohibido las entradas y salidas de personas en Lombardía y otras 14 provincias) pone en duda que Ferrari y Alpha Tauri, los dos equipos italianos que compiten en el certamen, puedan llegar a Australia con efectivos suficientes para disputar la carrera. Se da la circunstancia de que la sede de la Scuderia está en Modena, una de las áreas afectadas por la cuarentena. En el caso del Mundial de MotoGP, este bloqueo, unido al hecho de que Austin declarara el viernes la ciudad en estado de emergencia, todavía ponen más en duda el Gran Premio de Estados Unidos, marcado por Dorna, el promotor del campeonato, como nueva fecha de estreno de la temporada.
Al margen de si el domingo que viene se corre o no en el Albert Park, el Gobierno de Bahréin anunció que la segunda carrera del año, prevista para dentro de dos semanas (22 de marzo), se disputará sin público en las gradas para, de esta forma, tratar de limitar las posibilidades de contagio del conocido como coronavirus. Será la primera vez en la historia de la Fórmula 1 que esto ocurra.
“De acuerdo con los socios internacionales que tenemos y con el organismo nacional de salud, hemos tomado la decisión de celebrar a puerta cerrada el gran premio de 2020”, informaron los organizadores del evento. “Pero para asegurarnos de que ni el deporte, ni tampoco sus seguidores repartidos por todo el mundo se vean negativamente afectados por ello, el fin de semana de carreras seguirá adelante y el acontecimiento se emitirá por televisión”, remacha el promotor en el comunicado.