Bolivia confirma su renuncia al próximo Dakar. La ministra de Culturas y Turismo, Wilma Alanoca, anuncia que no estarán en 2019 pero están abiertos a negociar otras ediciones
El Ministerio de Culturas del Estado Plurinacional informó este lunes que la competencia internacional rally Dakar no pasará en 2019 por Bolivia, aunque está la decisión de que el certamen vuelva al vecino país en futuras ediciones.
Según se informó, la decisión obedece a que la oferta de la empresa organizadora del evento ASO (Amaury Sport Organisation) no satisfizo a Bolivia, que pretendía llevar la competencia a otras regiones del país que no fueron partícipes anteriormente, con el objetivo de promocionarlas turísticamente.
Hasta ahora solo se confirmó la participación de Perú en el Dakar 2019, puesto que Bolivia y Chile ya descartaron su presencia, y además no está claro si Argentina formará parte, y mucho menos Jujuy. La situación obligó a la ASO a posponer la presentación del recorrido de la competencia.
La ministra Wilma Alanoca, por su parte, explicó que el objetivo de tener la competencia sería el de promocionar cultural y turísticamente a la mayor cantidad de regiones en el país.
La autoridad afirmó que las últimas cinco versiones del Dakar han sido altamente favorables tanto en el movimiento económico como en la promoción turística de Bolivia a nivel mundial, pero se necesita también promocionar a otras regiones del Estado.
En su cuenta de Twitter, Alanoca agregó que con la ASO se acordó ampliar la promoción de las diferentes regiones del país en futuras versiones del Dakar, dejando establecido que las anteriores versiones fueron un éxito rotundo.
Ante esta baja, Argentina queda marginada de la competencia, ya que los dos de los tres pasos por los que se podía acceder desde Perú son Chile y Bolivia. El otro es Brasil, país que nunca estuvo en la conversación.
Se estima que antes de este fin de semana, ASO informará sobre los pasos a seguir. Las próximas serán horas fundamentales para decidir si correr solamente en Perú, tratar de convencer a Ecuador para ser parte del desafío o implementar un plan B.