El italiano afirma que la última renovación con Yamaha ha sido más difícil y meditada, al tiempo que asegura que no ha intercambiado ningún mensaje con Márquez.
Más de 20 años. Concretamente 24. Este es el tiempo que ha pasado desde que Valentino Rossi se subiera por primera vez a la Aprilia RS 125 R, un largo período donde el italiano ha logrado nueve títulos en las tres categorías y que finalizará en el Mundial de MotoGP 2020.
Esta es la anualidad que Rossi ha escogido para disputar su último campeonato, fecha que coincide con la finalización del actual contrato que le mantiene ligado con Yamaha. El piloto de Urbino desvela en una entrevista para la televisión británicaBT, que extender su estancia junto a la fábrica de los diapasones no fue una decisión nada fácil de tomar.
«No fue una decisión fácil. Fue más difícil que otras veces porque, quizá, era el último contrato y después de este no habrá otro. Sé que es difícil lograr el décimo título, pero decidí intentarlo. Hay que afrontar desafíos difíciles y depende mucho del estado de la moto. Lo que me gusta es la sensación que tengo cuando llega el fin de semana de carrera, cuando gano o cuando consigo subir al podio», reconoce el heptacampeón de MotoGP.
De igual modo, Valentino Rossi confía en su fuerza de voluntad para lograr su sueño, al tiempo que admite que no ha intercambiado ningún mensaje con Marc Márquez desde el Gran Premio de Estados Unidos 2018: «Lo más importante para mí es no haberlo dejado nunca. Creo que para mí todo habría sido más difícil si me hubiera parado. Si sigo trabajando duro, mantengo mi ritmo. No ha habido ningún mensaje con Márquez. En Austin ya hablamos un poco. Yo le dije lo que pensaba de él y él, también».
Por último, Rossi vuelve a señalar a la electrónica como el talón de Aquiles de la M1 de esta temporada, una moto con la que sólo ha subido al podio en el Gran Premio de Qatar 2018: «La moto del año pasado no era buena. El equilibrio no era el correcto. En algunas pistas la moto era competitiva, pero en las europeas sufríamos mucho. La electrónica es un problema. Para mí, la M1 de 2018 es una moto buena, pero, para mí, sufrimos con la electrónica».
Sigue la guerra con Marc Márquez
Un Márquez con el que, como el mimso Rossi ha confesado, todos sigue igual. Es decir, la guerra continúa. “No ha habido ningún mensaje con Márquez. En Austin ya hablamos un poco. Yo le dije lo que pensaba de él y él, también”, apuntó el de Urbino.
Pero lo cierto es que, por mucho que de cara a la galería se haya frenado un poco la polémica, Valentino sigue presionando en la sombra para que los responsables del Mundial le vigilen muy de cerca.
Tiene, en sus propias palabras, dos años más para lograr frenar el auge de un Marc que, por muy ‘cruzado’ que tenga a Rossi, va camino de llevarse su séptimo mundial.