Ferrari no presentará grandes cambios, al parecer, en su diseño con respecto a esta temporada. A pesar de que se trabaja intensamente en Maranello la escudería italiana seguirá con la línea del monoplaza de 2017 con algunas modificaciones.
Ferrari está trabajando duro para la próxima temporada de la Fórmula 1. Los técnicos revisan el diseño de la suspensión delantera, después de que la FIA haya limitado el cambio en la altura de la dirección a un máximo de 5mm, una decisión aprobada por Charlie Whiting el 12 de diciembre y que llegó cuando el auto del año que viene ya estaba en plena fabricación
El prototipo ya pasó la prueba de choque frontal. El 669, nombre que recibe el proyecto, será una evolución del SF70H y no una revolución, después de los resultados liogrados por el auto de esta temporada ganando cinco gran prix con Sebastian Vettel y liderando el campeonato de pilotos durante buena parte de la temporada.
Según las primeras informaciones, no se esperan cambios notables en el concepto del monoplaza que fue competitivo desde el GP de Australia y mantuvo un buen nivel de desarrollo durante el año tanto en el chasis como en aerodinámica, aunque si hubo algunos problemas con el motor a partir de Monza.
La mejora del impulsor no colmó las expectativas, dado que la cuarta unidad de potencia, un adelanto de la de 2018, no funcionó y le quitó puntos en la lucha con el McLaren de Hamilton.
Simone Resta, Jefe de diseño apoyado por Rory Byrne, habría estirado sutilmente el tamaño del 669 pasando de los 3.594 mm del SF70H a superar la barrera de los 3.600 mm, lo que contrasta con Mercedes que reducirá ligeramente la distancia entre ejes respecto al W08, que con 3.760 mm, era el más largo.
La configuración aerodinámica de los pontones laterales permanecerá similar, un concepto que podrían adoptar otros equipos. La solución empleada por la escuadra roja conseguía eliminar las turbulencias generadas por las rueda delantera, logrando un excelente resultado para enfriar del motor.