Jorge Martín es campeón del mundo de MotoGP en 2024. Sí, llegó lo soñado por el madrileño toda su vida. Culminó sin sustos el día más difícil, el de cerrar lo imposible para muchos mortales. Ya puede decir que es el mejor piloto del mundo. En Barcelona ganó Bagnaia, pero Martinator fue tercero y no dio opción a la sorpresa.
Las condiciones eran buenas, pero con frío y sólo 16 grados en el ambiente y 15 en el asfalto. Bagnaia optó por goma dura delantera y blanda trasera y Martín, dura y media. Marc y Bastianini iban como Pecco; Aleix, como Jorge.
En la salida, Bagnaia controló desde la pole. Martín hizo una arrancada limpia para ponerse segundo, tapando al mayor de los Márquez. La Bestia subió de octavo a cuarto. Aleix bajó de segundo a quinto. Viñales se tuvo que ir por fuera.
Aleix hizo lo que no pudo en el Sprint: se lanzó y sobrepasó a Bastianini, encima en la curva 5, donde el de Rímini superó a Martinator en la carrera corta. Enea intentó replicar, pero Espargaró resistió en la curva 10.
Por supuesto, todo esto daba más espacio para Jorge. Su amigo hacía una gran labor de escudero… y pensando en su propia última carrera.
Sin embargo, La Bestia sí pudo rebasar a Aleix en el siguiente paso por la 10. Il Capitano de Aprilia respondió sorprendiendo a Enea a final de recta. Impresionante.
Pecco tiraba, pero Marc aguantaba en su zaga. Jorge no podía seguirlos, aunque Aleix se afanaba porque Bastianini no diera mucha guerra a Martín. Tras ellos, Álex Márquez delantaba a Morbidelli y Acosta para ponerse sexto.
Joan Mir se iba al suelo. Circulaba 12º, con lo que se quedó sin puntuar en una campaña nefasta con la Honda.
Bastianini se colaba en la curva 1. Bajó al octavo, y enzarzado en una lucha con Morbidelli. Más tranquilidad para el de San Sebastián de los Reyes… y para Aleix.
Espargaró tenía una nueva misión como guardaespaldas: tapar a Álex Márquez. Acosta iba llegando. Tuvo que salir con su segunda moto tras su fuerte incidente en el ‘warm up’.
La Bestia, al fin, podía con Morbidelli, y se arrimaba al Tiburón de Mazarrón. Su tercer puesto en la general, ante Marc, dependía de crecer más.
Sin embargo, el murciano sufría y se veía rebasado por Bastianini y Binder. Se jugaba quedar delante en la general del sudafricano, como primera KTM/GasGas y la pasada de Morbidelli dejaba al de Mazarrón detrás.
En el box del Prima Pramac se hacía eterna la carrera. Sus padres, Ángel y Susana, su hermano Javier o su novia, María, se mordían las uñas ante el hito de Jorge.
Martín parecía ir tranquilo en la tercera posición. Necesitaba quedar entre los nueve primeros si ganaba Bagnaia, como ocurría.
La emoción volvía con la pelea entre Álex Márquez y Espargaró por la cuarta plaza. Ya sí que era una pura cuestión de orgullo personal, pues Martinator estaba a dos segundos de ambos.
Marc hizo un intento de aproximación a Pecco, pero el turinés, como siempre, había estado gestionando y apretó un poco más al final.
Jorge templaba los nervios, tiraba de concentración. Cada metro menos era uno más cerca del sueño.
Y lo consiguió. La corona era suya. Más que merecida. Su solidez ha sido espectacular. Es el campeón. Dio igual que ganara Bagnaia y Marc fuera segundo. Por cierto, Álex superó a Aleix.
La gloria sólo es para uno y era para Martinator, el primero de su vida en la clase reina. El segundo, tras el de Moto3 de 2018. Y el quinto español en vencer en la máxima cilindrada, tras Álex Crivillé, Jorge Lorenzo, Marc Márquez y Joan Mir.
Gigi Dall’Igna, el CEO de Ducati Corsi y gran gurú técnico, y el CEO de todo Ducati, Claudio Domenicali, se fueron a felicitar a Campinotti y el resto del Prima Pramac por el título. Gran limpieza la de los boloñeses en su trato. Y ejemplo de deportividad.
En su celebración especial, se puso en la piel de Terminator, con la música de la banda sonora de fondo. Disparó y todo se abrió. Dentro del cubo estaba el casco especial. Y el ‘1’ en su cúpula. Martinator ganó. El delirio llegó.