Se había terminado el gran premio aquel 11 de diciembre como hoy, pero de 1966, ya Carlos Alberto Pairetti festejaba su triunfo, fue un gran premio extenuante, cuando faltaba tan solo una etapa Carlos Pairetti no quiso dejar nada al asar, la noche en Bahía Blanca para el arrecifeño no fue una noche más, en la tarde sus mecanico retiraban el auto del Parque Cerrado y revisaban que todo estuviera bien, sin embargo encontraron dos fisuras en el chasis, en teoria no deberían causar mayores problemas, pero Pairetti dio la orden, no quiero quedarme tranquilo, se podra soldar? la respuesta fue inmediata en la agencia Regoli, representante de Chevrolet se preparo todo y se procedio a realizar las soldaduras del caso, tambien se revisaron los cojinetes (parte del motor para los que no saben de mécanica) se desarmo el diferencial y se reviso la caja, pero faltaba un detalle… Carlos Pairetti fue a comprar un ramo de 12 rosas rojas, de ahí a la Iglesia Catedral de Bahía Blanca, frente a la plaza principal, era para ofrendarlas a la Virgen patrona de la ciudad, el hombre era agradecido y no habia que dejar detalles librado al asar, aquel 11 de Diciembre partieron hacía Necochea punto final del Gran Premio y el hombre de arrecifes cumplió su cometido…
Hay una anécdota que tal vez el propio Carlos, hoy nos pueda develar, dicen (como mito urbano) que después del gran premio, para llegar mas rápido a festejar a su ciudad Arrecifes se fue en el propio auto de carrera y que antes de llegar, una biela salio a tomar aire… sera verdad o sera mito…