Anticipo

Cuando Oscar le ganó a los europeos en Palermo en 1949

Cuando Oscar le ganó a los europeos en Palermo en 1949

Era la primera vez que corría con el Alfa bajo el agua y por lo consiguiente la primera vez que usaba careta de celuloide. Y con un error: no haberla acortado un poco. Su aliento la empañaba, su visibilidad le era escasa. Ricardo Carú tuvo una idea que no se concretó: cortarle parte del celuloide para que fuera más corta y, al entrar el aire, no se empañara(…)

Creía que en la lluvia me sacarían mucho más. Cuando vi que andaba cerca, que no se me alejaban, pensé en que las cosas me iban mejor de lo imaginado.

Cuando quedó Ascari como único enemigo me tracé el plan de atacar en los finales, de jugarme entero. En los momentos en que lo perseguía me daban pronto paso. Fangio se abría bien al costado para que yo no perdiera ni una décima; Cantoni, Malusardi todos se portaban conmigo magníficamente, como si compartieran mi esperanza en esos momentos. Hasta el príncipe Bira en un pasaje de la carrera me hizo señas con la mano para que me adelantara pronto. El coche andaba bien, mejor que al comienzo. Se había ablandado algo. Yo estaba más entrenado, más firme en lo mojado. Iba a jugarme entero por mí y por todos.

(…)

El Alfa, por razón de diseño y de peso, en virtud de un régimen más bajo de revoluciones y potencia, bien conducido como estaba, podía ganar (…)

Y cuando se iba acercando la carrera al momento en que Tito se lo jugaría todo, aunque por esa altura los cinco segundos se hubieran extendido a diez sin que ello desvaneciera el optimismo, Ascari pasó haciendo señas de disgusto ante su puesto. Y de inmediato un clamoreo anunció, desde lejos, que Gálvez estaba en la vanguardia. Se iba corriendo la vuelta 26. Por detrás de los palcos vimos que a Ascari se le caía el caño de escape. Los pañuelos saludaban; el circuito, bajo la lluvia, con miles de personas caladas hasta los huesos, se estremeció de emoción.

Ascari no llega al control. Antes de enfrentar la recta final su maquina queda definitivamente. Oscar A. Gálvez ya no tiene enemigos y otro argentino, Juan M. Fangio, se ubica segundo. La carrera está ganada.

Imposible resulta aseverar que igualmente hubiera vencido (…) Pero lo que no puede negarse es que Tito Gálvez corrió muy bien, que estuvo siempre bien colocado, cerca de la batalla que presentara al comienzo, como el domingo anterior, a tres actores en primer plano: Ascari, Villoresi y Fangio. A veces la diferencia entre el primero y el cuarto era de solamente dies segundos, y cuando Farina fue en búsqueda de Ascari ya detenido Villoresi, apuró Gálvez y «apretó» a los dos punteros. Hizo una carrera inteligente y demostró ese poder de adaptación estupenda que tienen nuestros mejores volantes. La primera vez que Gálvez corre a su Alfa bajo la lluvia lo conduce admirablemente y él mismo se sorprende de ello. (…)

Se ha ganado, pues, una carrera internacional de circuito y eso nos alegra hondamente. Alguna vez podía ser, alguna vez tenía que ser. Fangio estuvo muy cerca en Rosario con la Simca en duelo con Wimille; Gálvez estuvo a ganar el año pasado en Palermo; Fangio fue primerísimo actor en las partes iniciales de las dos competencias de la actual temporada. Este segundo puesto es un premio a otros esfuerzos que no hallaron recompensa. A la vez Eitel Cantoni, tan callado y que se entrena en carreras, preciso es decir que ésta fue su mejor performance, no por el tercer lugar, sino por lo bien que dirigió su máquina bajo el agua.

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