Ducati anunció este martes el fichaje de Marc Márquez, que competirá los próximos dos años en la escudería de las motos rojas como compañero de equipo de Pecco Bagnaia, actual campeón del mundo.
De esta forma, el equipo italiano confirma la información, en la que se ponía de manifiesto que el constructor de Borgo Panigale había cambiado de opinión, y que había decidido apostar por el catalán en detrimento de Jorge Martín. Horas después de que saltara la noticia, Aprilia hizo oficial la incorporación del madrileño, en el primer encaje de la operación que finalmente se cerró al día siguiente.
«Ducati Corse tiene el placer de anunciar que ha llegado a un acuerdo con Marc Márquez para los próximos dos años. Al final de la temporada actual, donde pilota la Desmosedici GP del Gresini Racing MotoGP, el ocho veces Campeón del Mundo (31 años) se unirá al Ducati Lenovo Team al lado de Francesco Bagnaia y pilotará la moto roja del equipo de Borgo Panigale hasta el 2026″, reza el comunicado oficial emitido este martes.
De esta forma, Márquez se sale con la suya, y eso le llevará a vestirse de rojo con 32 años y ocho títulos mundiales, seis de ellos de MotoGP, en su palmarés. Con solo siete carreras subido a una Ducati, que, además, es el modelo del año anterior (2023), el piloto del equipo Gresini figura el tercero en la tabla general, a 35 puntos del líder, Martín.
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Esta maniobra es un claro ejemplo de la autoridad que tiene Márquez en el campeonato, puesto que en solo cuatro días ha sido capaz de hacer cambiar de opinión a los máximos responsables de la compañía boloñesa. En un primer momento, su plan para mantenerle a él y a Martín era promocionar al segundo a la escudería de fábrica, y encajar al corredor de Cervera (Lleida) en Pramac.
Sin embargo, los ejecutivos italianos sucumbieron al órdago que les planteó el catalán el pasado jueves, cuando fue más taxativo de lo que en él es habitual: «Pramac no es una opción para mí». Ante esa contundencia y la amenaza de firmar por KTM o Aprilia, a la cúpula que maneja Ducati le entró el miedo de perder al principal reclamo de un certamen cuya popularidad remonta a gran velocidad, en parte, al buen papel del #93 una vez que se ha subido a una Desmosedici. A pesar de que los pormenores del acuerdo entre ambas partes se pactaron en Mugello, el pasado fin de semana, el anuncio se ha demorado debido a los distintos filtros legales que debía superar.
Tras una etapa de once años como imagen de Honda, con quien logró seis títulos de siete posibles entre 2013 y 2019, Márquez decidió cerrar su etapa con la marca del ala dorada y renunciar al último año de contrato que le quedaba por cumplir (2024), impulsado por el calvario por el que transitaba desde aquella prueba en Jerez de 2020, en la que se partió el brazo. Después llegaron cuatro operaciones y mucho desconcierto por la falta de competitividad de un prototipo muy crítico, que le llevó a sufrir infinidad de caídas.
Un tercio de temporada le ha sido suficiente al multicampeón para hacer valer toda su velocidad, influencia y el efecto multiplicador de su imagen, y así persuadir a Claudio Domenicali y Gigi Dall’Igna, CEO y director general de Ducati, respectivamente, y quienes toman las decisiones más importantes.
