La imagen de frustración profunda de Franco Colapinto, sentado detrás del alambrado, fue el resumen cabal del fin de su fin de semana en Arabia Saudita, segunda fecha de la Fórmula 2.
El argentino sabe que su temporada 2024 es fundamental para el futuro, porque está en la antesala de la Fórmula 1, está dentro de la estructura de Williams y los ojos de los equipos de la máxima categoría miran todo. Jamie Campbell, manager del bonaerense, lo advirtió el año pasado en una conferencia en el ACA: “En la Fórmula 2 hay que demostrar todo de entrada”. Y Franco arrancó con el paso muy cambiado.
El argentino tuvo un inicio complicado al quedar involuntariamente involucrado en el incidente que generó Josep Martí a metros de largarse, y que dañó el auto del argentino: el español perdió la adherencia de su máquina en el tránsito de la segunda curva del trazado saudí y realizó un trompo por delante del pelotón, entre los que se encontraba Colapinto quien había conseguido avanzar un par de lugares e intentaba seguir haciéndolo pero el auto del ibérico rozó el alerón delantero derecho del pilarense y lo rompió.
A partir de allí, Colapinto debió cambiar su estrategia ante la falta del elemento aerodinámico y procuró no perder posiciones y sí continuar con su plan de alcanzar la meta. Así, y cuando se produjeron las paradas en boxes para el cambio de neumáticos obligatorios llegó a escalar hasta el octavo puesto, y cuando paró él se reubicó en la 15ª posición.
Con un nuevo ritmo, y siguiendo sin el “perfil” delantero fue progresando y pudo pelear por el undécimo puesto tras superar a Víctor Martins, pero al transitar la última curva durante la vuelta 15 su auto rozó el muro y metros después terminó anticipadamente su labor en el trazado saudí, bajándose del coche con resignación y desazón.
La próxima fecha del calendario será en el circuito «Albert Park» de Melbourne, Australia.
