Desde hace media década, todo estaba dispuesto para triunfar. Pero siempre terminaba siendo otro monoplaza el que veía primero la bandera a cuadros. Dicen que los múltiples cambios internos en Ferrari, o la mala suerte (para los más supersticiosos), cercenaron la remontada que el Nano tenía en mente desde hacía temporada.
Hasta de bombero tuvo que hacer en los Libres 2 de Brasil y es que, además, de acallar los constantes rumores que venían desde Italia, luchó contra viento y marea para hacer del F14 T un coche competitivo. Pero la historia no acaba aquí. Los obstáculos no cesan. Al ya muy tortuoso camino que emprende cada febrero el asturiano, esta vez por desconocido, Jean Todt y los suyos se empeñan en seguir colocando piedras. Quizá no es así, pero puede parecerlo: como si quisieran verle pasar de pantalla como si de un videojuego se tratara, en una partida en el que el número de vidas, no está aún muy claro.
Sin los nuevos vehículos de 2015 presentados oficialmente aún, dos de ellos podríamos decir que parten en clara desventaja. Y es que la nueva laguna que se ha encontrado en el reglamento responde a las peticiones de equipos como Red Bull o Ferrari, que llevan ansiando toda la temporada desarrollar sus motores para poder alcanzar a los invencibles Mercedes. Sucede algo. La polémica sobre la congelación de las unidades de potencia surgió con el objetivo de hacer el deporte más equitativo. Hoy, tras este resquicio que se ha encontrado en el reglamento, el bicampeón y su compañero, Jenson Button, saldrían perjudicados. Honda, al entrar como nuevo motorista al Gran Circo, no podrá mejorar su unidad de potencia durante el año. Los concienzudos japoneses, que depositan todas sus esperanzas en el MP4-30, tienen sólo hasta el próximo mes para ser los mejores. No va a ser un camino de rosas. Todos los inicios son duros, ¿no? O eso dicen…
Recién fichado, en caliente, Alonso confesó que era consciente del tiempo que costaría alcanzar resultados y que eso no le importaba. Desde fuera, pocos se creen estas palabras. Todos le vemos con hambre de echarle el guante al primer escalón del podio. De no ser así, ya no formaría parte de este deporte. Pero si cinco años ya fueron suficientes para hacerle arder por dentro y romper con todo, ¿un sexto sin resultados que significará? Todo esto puestos en lo peor, ya que, salvo que den con un motor insuperable, tarde o temprano, los demás fabricantes tendrán la oportunidad de alcanzarles con sus evoluciones. Y decía que lo mejor estaba por llegar. Fernando Alonso, al mal tiempo, buena cara. Seguimos esperando. Por si las moscas.