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Indy Car: Gran congoja por la muerte de Gil de Ferran

Indy Car: Gran congoja por la muerte de Gil de Ferran

El hombre récord de la velocidad mundial, muere a los 56 años

El piloto brasileño, ganador de las 500 millas de Indianápolis en 2003 y bicampeón de IndyCar, sufrió un paro cardíaco en un circuito privado de Florida. De Ferran trabajó para McLaren en varios puestos desde 2018, y posee la vuelta oficial más rápida en circuito cerrado de la historia.

Las últimas horas de 2023 han deparado un trágico suceso en el mundo del automovilismo americano y brasileño, que afecta también al paddock de Fórmula 1. El ex-piloto Gil de Ferran, asesor de McLaren F1 y una de las figuras más destacadas de los monoplazas estadounidenses a finales de los 90 y principios de los 2000, ha fallecido este viernes a los 56 años de edad a consecuencia de un ataque al corazón fulminante cuando se encontraba al volante de un vehículo.

 

Gil de Ferran, el hombre récord de la velocidad mundial, muere a los 56 años
De Ferran posa en octubre del 2000 con el ‘Renske’ (Reynard 2KI) que le hizo volar como ningún otro IndyCar Media

Según las informaciones publicadas por el medio Grande Premio y por Geferson Kern, actual narrador brasileño de la IndyCar Series, de Ferran estaba en el circuito privado del Concours Club, ubicado en la población de Opa-locka dentro del área metropolitana de Miami, Florida. Hacia las dos de la tarde hora local, de Ferran pilotaba un vehículo junto a Luke, el menor de sus dos hijos, cuando empezó a sentir molestias y se dirigió al pit lane, donde las asistencias tardaron en llegar por no tratarse de un accidente. Aunque fue trasladado a un hospital local, no se pudo hacer nada por salvar su vida.

La muerte de Gil de Ferran supone un shock total, ya que el brasileño se había mantenido muy activo en la escena del automovilismo en puestos de relevancia. En mayo de este mismo año, McLaren F1 anunció su retorno al equipo como asesor para guiar a la formación en su proceso de reconstrucción, tras una primera etapa como director deportivo entre 2018 y 2020. Durante este periodo, fue también una de las caras visibles de la fallida segunda participación de Fernando Alonso en las 500 millas de Indianápolis en 2019, asumiendo un inesperado rol de mayor responsabilidad cuando Bob Fernley decidió borrarse públicamente del fiasco.

De Ferran no vivió en Brasil hasta que alcanzó los nueve meses de vida, habiendo nacido en la francesa París a consecuencia del trabajo de su padre como ejecutivo en Ford. Su carrera en el automovilismo tuvo un inicio bastante tardío, ya que no pilotó un kart hasta los 14 años, pero solo cinco años después ya había sido campeón de la Fórmula Ford brasileña, lanzando su carrera hacia el Reino Unido en 1988. Allí fue tercero en Fórmula Ford, segundo en Formula Vauxhall y, finalmente, campeón de la Fórmula 3 británica en 1992.

De la inconsistencia a la perfección analítica

Su impacto en la antesala de la Formula 1 fue inmediato al ganar su segunda carrera en Formula 3000, donde terminó cuarto y tercero en sus dos temporadas. Su relativa inconsistencia y dos test poco fructíferos con Williams y Footwork le cerraron las puertas de la Fórmula 1, pero Jim Hall le abrió las de América. El creador de Chaparral invitó al brasileño a probar para su equipo de IndyCar y, pese a la desconfianza del patrocinador, logró el asiento, clasificando cuarto para su primera carrera en Miami. Aunque los resultados en carrera fueron dispares, de Ferran acabó como el rookie del año en 1995 tras lograr la victoria en la última carrera en Laguna Seca.

Una segunda temporada aún mejor, en la que acabó sexto con un triunfo y cuatro podios, hizo sonar de nuevo las campanas de la Fórmula 1 en la dirección del nuevo equipo de Jackie Stewart, pero de Ferran optó por aceptar la oferta de Walker Racing para reemplazar al popular Robby Gordon en la renombrada CART. De nuevo, éxito inmediato, siendo subcampeón tras Alex Zanardi con siete podios pese a una ausencia de victorias. Tras dos años algo más complicados en Walker por la desventaja de llevar neumáticos Goodyear, a mediados de 1999 se anunció su incorporación al poderoso Team Penske, por entonces en pleno proceso de reconstrucción tras dos pésimas temporadas.

Con un chasis Reynard modificado al milímetro y el poderoso motor Honda, Gil de Ferran firmó una temporada consistente en un año igualadísimo. Sumando solo dos victorias, se situó líder a falta de cuatro carreras para el final y ganó su primer título en la carrera final de Fontana. Aquel fin de semana, registró en clasificación la vuelta oficial más rápida en circuito cerrado de la historia del automovilismo, con un promedio de 388.540 kilómetros por hora (241.428 millas por hora) que no ha sido superado hasta la fecha, y en un óvalo que en la actualidad está en proceso de demolición.

En 2001, de Ferran revalidó el título de forma similar, incluso con una carrera de antelación pese a una floja primera mitad, y volvió a competir en las 500 millas de Indianápolis por primera vez desde su año de rookie, algo que el Split le había impedido, acabando segundo tras su compañero Hélio Castroneves. Penske se marchó a la Indy Racing League en 2002, y sus pilotos les siguieron pese a ser reacios a este cambio. Con otras dos victorias, y situado a un punto del liderato a falta de dos carreras, una conmoción cerebral en un fuerte accidente en Chicagoland le impidió pelear por una tercera corona consecutiva.

En 2003, de Ferran puso la guinda de su carrera deportiva ganando las 500 millas de Indianápolis ante Castroneves, pese a competir con grandes dolores tras otro fuerte accidente en Phoenix. Siguió siendo competitivo el resto del año, llegando con opciones de título a la última carrera, pero sus achaques y el descontento con el estilo de carreras de la IRL le llevaron a tomar la decisión de afrontar una temprana retirada. Su carrera en monoplazas terminó en lo más alto, con su tercera victoria del año en Texas y el subcampeonato, ensombrecidos por el violento accidente que acabó con la carrera de Kenny Bräck, a quien dos años antes batió en el óvalo británico de Rockingham en una espectacular vuelta final.

Pese a tener una trayectoria relativamente breve de nueve años en la élite, de Ferran obtuvo 12 victorias, 21 poles y 50 podios en IndyCar, siendo el único piloto brasileño que logró múltiples títulos en la categoría, y uno de los tres que sumó la Indy 500 a sus títulos junto a Emerson Fittipaldi y Tony Kanaan. Todo esto, en una época en la que los pilotos de su país eran legión en la categoría, y esta era seguida por una audiencia incluso mayor que la Fórmula 1 en su propio país.

Tras su retirada, de Ferran logró trabajar finalmente en Fórmula 1 como director deportivo de BAR y la eventual conversión en Honda, desde 2005 hasta su dimisión a mediados de 2007. Pese a ello, Honda le eligió para abanderar el programa de Acura en la American Le Mans Series con un equipo propio, y de Ferran volvió a ponerse al volante. Primero con un LMP2, y en 2009 con un LMP1 en el que obtuvo múltiples victorias y el subcampeonato junto a Simon Pagenaud. Tras ello, se retiró de nuevo, fusionando su equipo con Dragon Racing en la temporada 2010 de IndyCar, pero el abortado fichaje de Tony Kanaan por falta de patrocinio le llevó a vender su parte del equipo tras solo un año.

Tras una breve etapa como embajador de la Formula E, su labor en McLaren ha supuesto finalmente su último servicio al automovilismo, respondiendo con las mismas cualidades que le definieron como piloto: clase, elegancia, profesionalidad y un sentido de la responsabilidad por encima de cualquier ego. Su capacidad analítica, que le granjeó comparaciones con Mark Donohue y el apodo de ‘The Professor’, era muy apreciada dentro y fuera de la pista. Angela fue su pareja desde sus días en Reino Unido, y juntos tuvieron dos hijos; Anna, de 28 años, que ha ejercido de DJ en varios eventos de Fórmula 1, y Luke de 26 años. Descanse en paz.

 

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