El expiloto de fórmula uno Jean-Pierre Beltoise, leyenda del automovilismo francés y vencedor del Gran Premio de Mónaco en 1972, falleció hoy a los 77 años, según informó su familia en un comunicado.
Beltoise, que abandonó la competición de elite en 1974, pasaba sus vacaciones en Senegal cuando sufrió dos accidentes cardiovasculares consecutivos, destaca la nota.
Precoz y carismático, aquel piloto que se alzó con el título de campeón de F-3 en 1965 iniciaba entonces una carrera que, sólo tres años más tarde, le llevó a lo más alto del podio europeo de F-2, trampolín hacia la fórmula uno.
Sus nueve temporadas en la fórmula uno revolucionaron los hasta entonces discretos registros del automovilismo francés, que hoy le recuerda con nostalgia.
«Jean-Pierre ya forma parte del paraíso de los pilotos perdidos, deja huérfana a una era legendaria de la competición», sentenció en su blog el periodista especializado en fórmula uno Jean-Louis Moncet.
A Beltoise se le atribuye un carácter visionario, «mágico», así como la refundación del «automovilismo de alto nivel en Francia», recordó hoy la Presidencia de la República en un comunicado de condolencias.
«Con Jean-Pierre Beltoise desaparece una cierta idea del deporte del motor francés», concluye la nota.
Esa gloria le llegó al piloto en 1972, cuando, a bordo de un bólido de la escudería británica BRM (British Racing Motors), empujó de forma rotunda su carrera a través del serpenteante trazado de Montecarlo. Fue su única victoria en el campeonato del mundo.
Al volante de otro BRM, dos años después, concluiría el parisino un paso por la elite que comenzó a carburar a los mandos de un Matra Simca MS670C, el mismo motor que le guió hasta el triunfo en las 6 Horas de Watkins Glen (Nueva York).
En paralelo, el infatigable piloto francés participó durante catorce temporadas el emblemático circuito de Le Mans.
Más tarde, ya a finales de la década de los setenta, completó su palmarés con dos títulos del campeonato francés de turismos, un logro que prolongó anotándose el Rallycross de 1979, otra victoria que confirmaba su talento sobre todo tipo de superficies.
«Eran pilotos de moto, de F-1, de F-2, de las 24 horas de Le Mans. Estaban abiertos a todas las disciplinas, dispuestos a cualquier cosa», reflexionaba el también expiloto Olivier Panis interrogado por la emisora «France Info».
Fiel a esa imagen y pese al renombre que le brindó el volante, Beltoise ya había cimentado su leyenda particular anteriormente sobre dos ruedas, una disciplina en la que reinó en Francia entre 1961 y 1964.
Una vez abandonada la competición, sus múltiples experiencias le orientaron a la mejora de la seguridad vial, un campo en el que se involucró hasta el punto de que acabaría diseñando un circuito modelo en colaboración con el gobierno regional del departamento de Charente Maritimes.
En los últimos años, Beltoise colaboraba como comentarista deportivo de fórmula uno en varios medios.