Los Ferrari acabaron en el ‘top 3’, pero ambos se bajaron del coche antes de tiempo por un toque contra el muro.
La sesión se disputó 15 minutos más tarde de lo previsto por el ataque terrorista contra una refinería de Aramco cercana.
Charles Leclerc se ha confirmado como la primera referencia del fin de semana del GP de Arabia Saudí que, salvo cambio de última hora, se completará según lo previsto.
Y es que el atentado que ha habido en una refinería de Aramco a 10 kilómetros del circuito de Jeddah ya ha provocado un gran temor en el paddock. La sesión arrancó con 15 minutos de retraso porque se celebró una reunión entre los jefes de equipo, los pilotos y los responsables de la Fórmula 1, con Stefano Domenicali a la cabeza, además de los miembros de la organización. Todo apunta a que seguirán, pero el susto quedó ahí.
Más allá de este serio incidente extradeportivo, en pista no fue una sesión nada tranquila. Todos los pilotos llevaron más al límite sus monoplazas, empezando por el propio Leclerc, que dio un toque contra una pared que le hizo romper la suspensión delantera.
También Carlos Sainz se dio contra otra pared, si bien en su caso fue mucho más suave y no llegó a romper nada del coche. Lo retiraron, como el caso de su compañero, por pura precaución. El madrileño marcó el tercer tiempo de la sesión, justo detrás de Max Verstappen que, de nuevo, fue el único en poder seguirles el ritmo.
El que libró por muy poco de un golpe fue Fernando Alonso. El asturiano, que no llegó al ‘top 10’, tiró de reflejos para librarse de un golpe contra los muros. Una de las imágenes del fin de semana, si bien la competitividad aún está lejos de ser la que esperaba.
Hubo varios coches que no acabaron la sesión, bien por toques, bien por averías. Caso de Kevin Magnussen, que también se quedó sin rodar en la primera tanda, o de Yuki Tsunoda al que le pidieron que parar el monoplaza por un problema en su motor.