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Fórmula 1: Ferrari pasa por uno de los peores momentos de su historia

Fórmula 1: Ferrari pasa por uno de los peores momentos de su historia

La fuente de las desgracias encarnadas comenzaron el año pasado cuando la FIA metió mano, tras denuncia por lo bajini de Mercedes, de que alguna fullería estaban cometiendo. Sin explicación oficial todo apunta a que de alguna manera burrearon las limitaciones del caudalímetro y el motor italiano devoraba combustible acumulado previamente arrojando a cambio supervueltas de récord. De ser así, aquello no era trampa; todos los elementos estaban colocados donde debía y funcionaban tal y como se les programó, pero hacía volar por los aires el espíritu de la norma.

Cogieron a Ferrari por las solapas y les dijeron, «vale, nos la habéis colado, pero ya no más. No os quitamos lo logrado pero de esto os vais olvidando». Ahora los equipos ferrarizados sufren, y se habla de un déficit de 70 caballos. En el caso de la casa matriz sus coches no corren en recta por falta de motor, en curva rápida porque su exceso de downforce los lastra al no disponer de la potencia requerida, y el chasis tampoco parece un prodigio en curva lenta. Conclusión: son lentos hasta para aparcar, y lo que es peor, también lo van a ser el año próximo ante las fuertes restricciones a la evolución en todos los ámbitos, en especial en lo referente al propulsor.

En Maranello no necesitan una limpieza traumática pero si probablemente una traumática revisión de muchos elementos. El empujón que dio Sergio Marchionne antes de fallecer le sentó bien al equipo, pero en la inercia ha conseguido poco; tan solo unas cuantas victorias el año pasado puestas en entredicho por un motor sospechoso de las que se duelen, y con razón, gente como Christian Horner. Si el motor va mal, la aero va mal, y el chasis va mal —hablando solo del coche— es que hay que reconducir muchas cosas, y hay quien piensa que Mattia Binotto no es el chófer adecuado. Gran tipo, muy apreciado por su gente, enorme conocedor de los entresijos internos del equipo y un muy reconocido ingeniero de motores que fue discutido en su aterrizaje por ser no ser un hombre de la gestión, sino de la técnica. Amable, educado, incluso tierno, pero aparentemente falto de la experiencia de dirigir algo tan complejo y espinoso no como un equipo de F1 sino un equipo de F1 que se llama Ferrari.

¿Y a quién ponemos? Binotto es casi venerado desde dentro y nadie vestido de rojo quiere verle caer, Horner está atado y amarrado a la bebida energética, Abiteboul no es un favorito, Seidl no está, en principio, por irse de McLaren. Pescar fuera de la competición sería caer en el craso error de Toyota. John Howett, el hombre que dilapidó miles de millones de euros en no conseguir victoria alguna procedía de la red de ventas de Lexus en Asia-Oceanía, y nunca estuvo ‘dentro’, no entendió este otro negocio. Cuando se cargaron al olvidable Marco Mattiaci, el hombre de las gafas oscuras, alguien en Maranello hizo una lista en un papelito, probablemente una servilleta, con diez nombres. En esa lista había un español… pero también había el nombre de un francés, muy bien situado en esa tabla clasificatoria: Frederic Vasseur, el actual responsable de Alfa Romeo. La última vez que un galo dirigió la Scuderia fue una racha exitosa, y corre el rumor de que este podría ser el sustituto del bueno de Binotto.

Vasseur es cercano a Jean Todt y cuenta con su apoyo. Al presidente de la FIA se le sigue haciendo caso en Italia. Si FIA hubiera querido, hubiera desposeído a la Scuderia de lo logrado en 2019 con su motor trucado pero es algo que no ocurrió, y muchos ven un «me la debéis, italianos». Nicolas Todt, su hijo, fue copropietario junto a Vasseur del equipo ART de Fórmula 2, y actualmente es el manager de Charles Leclerc. Todt padre aspira a un cargo en Naciones Unidas, dejará la FIA en las próximas elecciones, y cuando alguien se marcha de un sitio para subir para arriba, suele querer dejar las cosas atadas. Esta jugada bien podría formar parte de su legado personal, afianzando a su hijo en Ferrari.

Por otra parte, cuando Vasseur abandonó Renault, todo parece indicar que no se entendió con Abiteboul; aterrizó en Sauber y lo primero que hizo, a los pocos días de estar allí, fue dinamitar el acuerdo pactado con el motorista Honda para mantener los propulsores Ferrari. Muchos vieron una jugada de acercamiento a la Scuderia, y de hecho no es novedad el trajín de técnicos en las dos direcciones. Tan es así que el actual túnel de viento de Maranello es un clon del que hay en Hinwil, sede de Sauber Motorsport AG, compañía matriz que adquiere el nombre de Alfa Romeo para disputar el Campeonato del Mundo de Fórmula 1.

 


En este posible viaje Freddie aporta rigor, seriedad, un buen cargamento de mala leche, de esa misma que portaba Todt y que hizo funcionar todo como un reloj suizo, y con un gran conocimiento de cómo manejar equipos de ingenieros (él es ingeniero aeronáutico) Dicen que es un gran motivador y adora todo lo relacionado con la innovación. De realizar este cambio, es muy posible que cuente con carta blanca por parte de Louis Camilleri y John Elkann, que a la desesperada y tras lo visto últimamente sobre el asfalto deben, o deberían estar tirándose de los pelos.

A Ferrari no hay que ayudarles. Que se busquen la vida como todos, pero si a ellos les va mal, les va mal al resto. Esto lo dice hasta Toto Wolff, el hombre que impide su éxito a base de acertar, «es un equipo icónico y debería estar luchando delante». Ferrari puede tener un mal año, ganar pocas carreras o ninguna; lo que no puede permitirse ni ellos ni el conjunto es verlos arrastrarse por las pistas y ahora mismo es justo lo que está ocurriendo. En Spa no lograron punto alguno sin haber abandonos de por medio, esto es, estuvieron de mitad de la tabla para atrás… en el pelotón de los torpes, y esto no es bueno ni para ellos, ni para nadie.

 

Binotto advierte que la recuperación de Ferrari “llevará tiempo”

El máximo responsable de la Scuderia opta por el mensaje precavido.

2020 no está siendo el año de Ferrari. Meses atrás se podía pensar que esta vez sí era la suya, pero la realidad ha sido tajante en este tema. De hecho, Ferrari ha dado en Fórmula 1 un considerable paso atrás. Principalmente, por la pérdida de rendimiento de la unidad de potencia a raíz de las distintas directrices técnicas, pero también por un chasis que no parece superar en nada al de la pasada temporada.

Peor temporada en mucho tiempo

Con muchos tifosi aceptando la derrota y preguntándose si Ferrari volverá la próxima temporada, o al menos en 2022, con las nuevas normas, Mattia Binotto, máximo responsable de Ferrari en Fórmula 1, ha querido transmitir un mensaje precavido, de calma, avisando que regresar a la lucha por la victoria, es cuestión de tiempo.

“Nos llevará tiempo. Si miramos atrás, todos los ciclos ganadores siempre han sido por muchos años. No hay soluciones mágicas en F1, se requiere paciencia y estabilidad.”, dijo el italiano, al frente de un equipo que no gana un campeonato de pilotos desde 2007 y un campeonato de constructores desde 2008.

Y es que el pesimismo reina estos días en Ferrari, frustrados por saber que lo que hay no vale, y las normas tan restrictivas no les permiten avanzar. “El motor está congelado esta temporada, así que no hay nada que podamos hacer. Estamos trabajando en el año que viene, realizando progresos en el banco de pruebas.”, afirmó.

“Nuestro plan principal se centra en los próximos años. 2021, pero ciertamente más en 2022. Para hacerlo bien la próxima temporada hay que comprender bien las debilidades de hoy y asegurar que lo podemos corregir.”, complementó Binotto.

Máximo responsable, él

Muchos son los aficionados que se preguntan por qué Ferrari no toma cartas en el asunto tras una debacle como la de este año, cuyo origen se encuentra en una unidad de potencia que llevaba años en desarrollo. Sobre las culpas, Binotto lo tiene claro. “Todo el equipo es responsable de la situación, y como director de equipo, yo el primero. Si soy el hombre adecuado o no, no me corresponde a mí decirlo.»

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