Charles Leclerc iba camino de conseguir su primera victoria en Fórmula 1 en Bahréin, pero su motor empezó a perder potencia en la última parte de la carrera. Lewis Hamilton recortó la distancia con el monegasco a un ritmo alarmante hasta que le superó para ponerse primero. Valtteri Bottas también pasó a Leclerc y Max Verstappen estuvo a punto de hacer lo mismo, aunque un coche de seguridad le permitió subir al podio.
Según informa La Gazzetta dello Sport, Ferrari llevó a cabo una investigación en Maranello para identificar la causa del problema de la unidad de potencia de Leclerc. La Scuderia llegó a la conclusión de que un inyector de un cilindro dañado fue el motivo de la incidencia en el propulsor del monegasco. El reemplazo de este elemento no conlleva penalización, lo que se traduce en buenas noticias para Ferrari.
El motor de Leclerc no sufrió daños importantes a pesar de la incidencia, por lo que Ferrari podrá utilizar esa unidad de potencia en China. La Scuderia descarta de esta manera tener que estrenar un nuevo motor, lo cual se hubiera convertido en un gran problema para Ferrari y Leclerc debido al límite de tres propulsores existente por reglamento para toda la temporada, un tope que ya de por sí a los equipos les cuesta ceñirse.
Estrenar un nuevo motor a las primeras de cambio hubiera complicado mucho la vida a Ferrari para mantenerse dentro del límite, pues Leclerc hubiese tenido que disputar el resto de la temporada con solo dos motores. Muy probablemente, el monegasco hubiera tenido que recibir una sanción en parrilla en alguna carrera, un escenario que hubiese terminado con sus opciones de victoria en dicha cita.