Niki Lauda dio otro susto al mundo del motor al ser ingresado de nuevo en el hospital debido a un brote de gripe poco después de haber recibido el alta tras su trasplante de pulmón. El expiloto austriaco estaba en pleno proceso de recuperación después de una operación muy delicada cuando cayó enfermo, motivo por el que fue trasladado de urgencia por precaución.
Debido a la debilidad de sus sistemas inmunitario y pulmonar meses después de una operación por la que estuvo ingresado en el hospital durante varias semanas, los médicos optaron por ingresarle otra vez en el Hospital General de Viena para evitar nuevas complicaciones en su recuperación. Lauda estaba pasando las vacaciones navideñas en su residencia de Ibiza cuando contrajo la enfermedad.
Al tratarse de una medida precautoria, no se esperaba que el tricampeón del mundo de Fórmula 1 estuviera ingresado por mucho tiempo. El profesor Walter Klepetko, jefe del departamento torácico del Hospital General de Viena, confirmó a la agencia de noticias austriaca APA que Lauda había sido dado de alta el pasado miércoles. El cirujano añadió que la enfermedad del expiloto no puso su vida en peligro y no necesitó asistencia respiratoria artificial.
Habiendo estado cerca de perder la vida tras el accidente que sufrió en el Gran Premio de Alemania de 1976, que le provocó quemaduras incluso dentro de sus pulmones, Lauda consideró el trasplante de pulmón como una experiencia mucho peor que la que vivió en el circuito de Nurburgring. Aun así, el austriaco ha podido sobrevivir a dos situaciones donde su estado de salud fue extremadamente delicado.
Lauda continuará con su largo proceso de recuperación en casa, aunque muy probablemente este percance retrase su regreso a los circuitos. El austriaco hizo su primera aparición en los medios poco antes de contraer la gripe, manifestando su deseo de volver al paddock de la Fórmula 1 lo antes posible tras no perderse ni una carrera en el hospital.
